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Salomé de Chacra

Dramaturgia: Mauricio Kartun. Dirección: Mauricio Kartun. Intérpretes:Stella Galazzi, Osqui Guzmán, Lorena Vega, Manuel Vicente. Escenografía: Norberto Laino. Iluminación: Alejandro Le Roux.Vestuario:Gabriela A. Fernández. Diseño sonoro:Tian Brass. Asistencia artística: Lorena Ballestrero, Gabriela A. Fernández. Supervisión coreográfica : Luciana Acuña. Sala: Teatro del Pueblo (Roque Saenz Peña 943; Ciudad de Buenos Aires), los viernes a las 21:00, sábados y domingos a las 20:00. Viernes y domingos hay descuentos para estudiantes y jubilados.


Muy buena


El bautista en la tierra de los chanchos

Por Daniel Cholakian

Mauricio Kartun ha escrito algunas de las mejores obras nacionales en el período de las post dictadura (aún cuando ha comenzado a escribir hace casi cuarenta años). Es también un consumado director, que tanto puede poner obras propias como ajenas. Chau Misterix, El niño argentino, Ala de criados son algunas de sus más reconocidas obras, que en los últimos años han estado presentes en las carteleras porteñas. Dueño de marcas particulares, Kartun ausculta grupos sociales, momentos de la historia, relaciones económicas y políticas propias de la historia nacional, y los recupera para articular una precisa dialéctica entre el pasado y el presente. Lee continuidades y tensiones en la constitución de la modernidad argentina como pocos autores. Otra clave en su obra es el uso del lenguaje. Ya en el uso del verso, ya en la reconstrucción de un lenguaje de época, ya en la integración de la terminología coloquial a las estructuras clásicas, Kartun es un artesano de la palabra, tan ajustada a la tipología de lengua de sus personajes, como organizada en concomitancia con su uso en el teatro clásico.


Salomé de Chacra es una obra en la que el autor/director reaparece con sus marcas propias. La historia acontece en la pampa húmeda argentina, allá por los años 20 del siglo pasado. El dueño de una estancia, Herodes, vive con su mujer -viuda de su hermano- y su sobrina, la bella Salomé. Mantiene encerrado en el fondo del aljibe a un “ácrata”, un comunista, una voz que recita consignas políticas de claro corte izquierdista, anticapitalista y anticlerical, a quien se propone “educar” en la tradición democrática liberal. La historia replica de algún modo la contada en la tradición bíblica. Aquel Bautista que impugnaba al poder desde el discurso religioso, es ahora (o entonces) un militante político que resiste desde el fondo del aljibe, sin ceder en absoluto a las enseñanzas cívicas del patrón de estancia. Su cabeza será la reclamada por la joven Salomé, luego de la danza erótica ejecutada para su tío/padrastro.

A la riqueza de un texto que se asume clásico, dando un marco extrañísimo a una comedia campestre, se suma una composición escénica muy compleja, móvil, cargada de imágenes, de elementos que se utilizan de modos diversos, de objetos significantes, de recursos lumínicos. La obra es compleja, barroca, tiene fracturas buscadas y fisuras que surgen de su propia exuberancia.

Las actuaciones son esenciales para llevar adelante este trabajo. Los personajes son realmente complejos, exigen compromiso, concentración. Los cuatro actores cumplen notablemente su función (porque por momentos las voces, los cuerpos, los cambios en los registros actorales responden a la función dramática requerida por la pieza). Manuel Vicente y Stella Galazzi constituyen la dupla esencial del conservadurismo nativo, entre el liberalismo y clericalismo, mientras el talentoso Osqui Guzmán recrea personajes y coros, en un rol organizador del desarrollo narrativo.

Compleja, intensa, entretenida, por momentos confusa y alargada, Salomé de Chacra es una pieza que se inscribe perfectamente en la larga producción de Kartun. Es un buen modo de acercarse a su obra si no se conoce, e indispensable para quienes hayan disfrutado de El niño argentino y Ala de criados.

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