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Súper agente 86

Mucha novedad y poca originalidad

Por Brian Macchi

El Super agente 86

fue por primera vez emitida en la NBC el 18 de septiembre de 1965, donde Don Adams, junto con Barbara Feldon, realizaban las cómicas aventuras de estos agentes de CONTROL. La serie duro cinco temporadas, terminando de transmitirse en 1970. Las repeticiones de los capítulos fueron muy exitosas en Latinoamérica y obtuvieron altos ratings de audiencia.

Fue una comedia situacional estadounidense que nació como una parodia a las películas y series de espionaje, sobre todo las de James Bond. Una creación de Mel Brooks y Buck Henry, que ganó siete premios Emmy, para los que fue nominada otras catorce veces. También tuvo dos nominaciones para el premio Globo de Oro (Golden Globe Awards).

Se podría decir que fue un envío que marcó una época y en este actual periodo desértico de ideas originales que pasa Hollywood, era una gran historia para ser reflejada con el fin primordial que tienen hoy los estudios estadounidenses: vender muchas entradas. Por eso convocaron a Steve Carell para que tuvieran la gran responsabilidad de tomar el lugar de Adams y junto con Anne Hathaway, Dwayne Johnson y Alan Arkin se realizara una nueva versión del Super agente 86, que ha arribado a nuestras salas.

Este novedoso proyecto refleja como Maxwell Smart se convierte en agente de CONTROL, al haber habido un sabotaje a las instalaciones de la organización, siendo Smart y la 99 los únicos a los cuales su identidad todavía es desconocida. Ya convertido en agente 86, junto con su compañera, deberán intentar recuperar los papeles robados de la oficina y reivindicar a su agencia frente a la malvada KAOS.

Cabe destacar que aquí, en Mar del plata, se ve la versión doblada al castellano, siendo la voz del protagonista Jorge Arvizu, quien dobló durante años a Maxwell en la serie original. Esta característica resulta errónea porque no es lo mismo doblar a Don Adams que a Steve Carell, son actores diferentes más allá de representar al mismo héroe. Este es un análisis que se deberá hacer en otra ocasión, comprender ciertas decisiones que eligen las distribuidoras, que a veces toman como estúpido al espectador. El intento por querer que el público se sienta cercano a la serie mediante las voces esta vez fue fallido, porque desde el propio proyecto ya se pone una distancia con aquel envío televisivo.

Más allá que por lapsos la cinta contiene momentos de la esencia de la serie, instantes que sobresalen durante el film, el trabajo involucra otros elementos que son ajenos a ésta haciendo que este producto no sea un reflejo preciso del programa de TV. Se agregan más situaciones violentas, hay más acción, pero no narrada de manera cómica sino como si se tratara de una cinta de ese género (escenas que se encuentran mal filmadas por un director que apunta más al movimiento de cámara que a la acción real). Además hay elementos que se asemejan demasiado a los utilizados por la trilogía de La pistola desnuda, ciertos gags parecen haber salido de aquellos films y no tanto del envío televisivo.

Igualmente la mezcla de estos componentes produce un entretenido largometraje, que quizás no será vanagloriado por los seguidores del super agente pero que es una buena película integral apuntada al gran público.

Tal vez el que entiendo esto como un homenaje a la vieja producción fue Steve Carell, que realiza una acertada labor interpretando a Smart pero de una manera tan evocativa a Don Adams que en determinados instantes emociona por su cercanía. Otro punto alto dentro de las actuaciones es Anne Hathaway, que acompaña brillante y hermosamente al protagonista, con una atinada ejecución de la 99 (acaso un poco más sugestiva que el personaje original).

Como se expresó en líneas anteriores, esta nueva versión del Super agente 86 es un film apuntado a todo el público, un producto que entretiene y divierte con un personaje que hizo historia en la TV. Quizás el fallo principal de la cinta es no poder transformar aquel particular humor de la serie a un largometraje. A pesar que aquel ingenio comprimido en media hora es muy difícil de trasladar a 110 minutos, se podría haber hecho un esfuerzo mayor por lograrlo. No agregarle elementos que no son originarios del producto natural, a pesar de resultar atractivos.

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