Esta secuela de una comedia flojísima es aún peor. Sólo queda el carisma de Diane Keaton, Jane Fonda, Candice Bergen y Mary Steenburgen como única excusa.
La película de Jacek Borcuch se mete con temas más que atractivos de suma urgencia en la Europa actual, aunque termina resolviendo todo con una metáfora de lo más burda.
La nueva película de Ridley Scott lo muestra con nula energía para llevar adelante una historia mucho más potente, de la que solo se queda con lo anecdótico.
Este film basado en hechos reales exhibe una mirada cómodamente occidental sobre los conflictos entre palestinos e israelíes. A la vez, el director brasileño José Padilha confirma la superficialidad de su cine.