Una comedia romántica que tiene dos personajes principales interesantes, pero que minimiza su efecto por algunas decisiones de puesta en escena totalmente fallidas.
Está protagonizada por Muriel Santa Ana y Peto Menahem. Dirigida por Néstor Sánchez Sotelo, cuenta el romance de dos personajes cuarentones y solitarios.
La película de Hernán Guerschuny es claramente un molde para el lucimiento del humor observacional de Sebastián Wainraich. Es sólo eso. Para bien y para mal.