Un film que, a pesar de su comienzo prometedor, se va diluyendo en una de esas comedias románticas superficiales y banditas como las que protagoniza Katherine Heigl.
Adam Sandler vuelve a exhibir sus mejores virtudes como comediante, en un relato que nunca deja de lado las ambiciones de entretener y divertir con las herramientas apropiadas.