El texto de María Marta Guitart realiza una arriesga operación, que actualiza la poética de Gabriela Mistral, dándole un marco narrativo con una potente fisicidad.
La obra de Diego Manso funciona a partir de un productivo trabajo en los cuerpos y el espacio-cuerpo que habitan que desde los diálogos, estableciendo un acertado recorte de época.