Este spinoff de Rápidos y furiosos presenta una estructura basada en la acumulación, donde la química entre Dwayne Johnson y Jason Statham es lo único que realmente funciona.
Este film producido por Eli Roth tenía una premisa que prometía, pero a pesar de poseer algunas virtudes no termina de redondear apropiadamente su propuesta, cayendo en numerosos lugares comunes.