Un biopic que, a partir de su estructura enciclopédica y lineal, acumula datos hasta agotar por completo, sin aportar una mirada que complejice a una artista emblemática como Whitney Houston.
Kathryn Bigelow y su guionista Mark Boal siguen indagando en la violencia institucional norteamericana, con un cine potente aunque esta vez alejado de la provocación de sus colaboraciones anteriores.