La película de Dominik Moll mezcla momentos notables con otros bochornosos. Un thriller un poco forzado por el guion, que oculta algunas denuncias sobre la sociedad actual.
En su última película, Polanski repite muchos de los tópicos que hicieron trascendente su cine, pero lo hace desde una emulación evidente que por momentos resulta divertida.
Christopher Nolan profundiza sus defectos en un film bélico que sólo se sostiene desde lo técnico, pero que no confía en sus propias construcciones narrativas, temáticas o formales.