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Sangriento día de las madres

Título original: Mother’s Day
Origen: EE.UU.
Director: Darren Lynn Bousman
Guión: Scott Milam, adaptando el guión de 1980 de Charles Kaufman y Warren Leight
Reparto: Rebecca De Mornay, Jaime King, Patrick John Flueger, Warren Kole, Deborah Ann Woll, Briana Evigan, Shawn Ashmore, Frank Grillo, Lisa Marcos
Fotografía: Joseph White
Montaje: Hunter M. Via
Música: Bobby Johnston
Duración: 112 minutos
Año: 2010


4 puntos


Una mera premisa y nada más

Por Nicolás Afonso

En ocasiones nos encontramos con películas donde el argumento es una mera escusa para tratar un tema que, por lo general, suele ser espinoso. En este tipo de films es habitual que los espectadores acudan seducidos por una historia, entren con un boleto y salgan con una reflexión. Sangriento día de las madres pretende ser una de estas películas.

Darren Lynn Bousman, director de las entregas II, III y IV de El juego del miedo, de la bizarra Repo! The genetic opera y más recientemente de la tenue La profecía del 11-11-11 se desliza sobre este pretexto para plantear un film en el que la historia pasa tangencialmente a ojos del público para tratar de implicarse en una reflexión más profunda. Si todos, como se suele decir, llevamos un asesino dentro, ¿qué circunstancias pueden hacer que este salga a la luz?

El largometraje se presenta como un único acto en el cual una pareja acomodada de clase media estadounidense celebra una fiesta de inauguración de una casa que, por desgracia, perteneció a una banda de criminales liderados por Natalie (la siempre bella Rebecca de Mornay), que se ha encargado de la crianza y educación de semejantes angelitos. Tras un fallido robo, los criminales, ignorantes de que la vivienda ha cambiado de manos, buscarán refugio en lo que creen es su hogar, encontrándose con los festivos ocupantes a los que tomarán como rehenes.

Tras un prometedor comienzo en forma de prólogo, lleno de referencias al cine de psicópatas, la película comienza a deslizarse de forma vertiginosa hacia un film del subgénero “hostage”, pero a diferencia de otras, como Celular o Colateral-lugar y tiempo equivocados, donde el secuestro con rehenes crea un relato extremo de supervivencia, nos encontramos con una historia vaga que no consigue enganchar, y que no es más que un pretexto para lanzar la reflexión. Es que, a pesar de los esfuerzos de unos actores correctos en su papel, los fallos argumentales caen por su propio peso, apuntalando una sensación de desidia donde sólo se salva la novedad del origen de la banda y de la relación entre sus miembros.

Por destacar algo, podemos hacer mención especial a la iluminación -no así la fotografía- para crear una atmósfera familiar donde la irrupción de los delincuentes rompe la armonía de la que disfrutan sus ocupantes. También es de destacar el buen cierre de la película a través de su epílogo, que completa narrativamente el círculo, aunque en ningún caso salva lo que es una mediocre película.

En definitiva, una cinta del montón, con algunas buenas escenas que no salvan una historia, tal vez demasiado forzada, y que aporta poco al espectador.

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