En su segundo film como realizador, Russell Crowe falla por completo al querer combinar el drama con el thriller, en un relato plagado de vueltas de tuerca totalmente arbitrarias.
Tiene espíritu Clase B y contiene muchos homenajes al cine de terror de los 50’s, 60’s y 70’s. Su gran reparto está liderado por Bill Murray, Adam Driver y Chloë Sevigny.
Si bien se le puede achacar ser una propuesta demasiado escueta en cuatro a sus pretensiones, no deja de ser un gran entretenimiento y un buen homenaje a un subgénero.