El documental de Alejandra Rojo aborda con interés la filmografía de Raúl Ruiz, pero corre el riesgo de construir un film sólo para los seguidores del realizador.
Raúl Ruiz construye un film fascinante, plagado de recursos formales y narrativos, que huye de las convenciones sin nunca sumarse a un caos improductivo.