La película de Sameh Zoabi aborda el conflicto palestino-israelí desde una perspectiva original. Y apuesta a que el espectador descifre su contenido ideológico.
El estilo lavado y prolijo del cine del israelí Riklis vuelve a manifestarse en esta historia que son muchas películas a la vez, sobre un niño que crece y se convierte en un adulto en busca de identidad.