Nicolas Cage protagoniza otro film que promete mucho más de lo que finalmente entrega, en un relato donde la comedia y la acción nunca llegan a funcionar apropiadamente.
James Cameron vuelve a fascinar con la secuela de Avatar, un film que es un poco más de lo mismo pero que nunca deja de reflexionar a partir de sus impactantes imágenes digitales.
El film de Peter Hyams tiene algunos momentos interesantes y una buena performance de Amber Tamblyn, pero su estructura general carece del vigor necesario para lo que cuenta.