Steven Soderbergh filma un thriller pequeño, una historia ambientada en tiempos de pandemia. Lo hace con oficio y sin los excesos habituales de su cine.
Contra todos los pronósticos, este film de Randall Wallace se permite problematizar apropiadamente cuestiones referidas a la fe, contando además con un sólido protagónico de Greg Kinnear.
La historia de los mineros chilenos que sobrevivieron varios días bajo tierra sirve de escenario para un drama simplón y carente de cualquier vuelo cinematográfico.