Al igual que Hombres de Negro: Internacional, esta reversión no solo no aporta nada nuevo, sino que hasta termina atrasando desde la más pura rutina en su concepción.
Una comedia romántica que no es tal, porque en verdad no es más que un retrato complaciente de sectores que dicen ser orientales pero son plenamente occidentales.
La continuación de El tigre y el dragón producida por Netflix es una buena película de acción y aventuras, pero que carece del romanticismo y la nostalgia del original.