La comedia con tintes biográficos y elementos de western de Quentin Tarantino logra sorprender, pero esta vez desde la formalidad y las convenciones ajustadas en una narración lineal y prolija, rompiendo sus propias reglas.
Un film que aborda un evento incómodo dentro de la historia de la familia Kennedy y el Partido Demócrata, pero que no tiene la potencia suficiente a la hora de describirlo y narrarlo.
En Once upon a time in Hollywood nterpretará a George Spahn, dueño de un rancho que rentó su tierra a Charles Manson y sus seguidores. Compartirá cartel con Leonardo DiCaprio y Brad Pitt.
Alexander Payne logra aquí el acercamiento a familia que no es ni feliz ni trágica. Un film sobre gente común, en situaciones ordinarias, pero que se resignifica por medio de la road movie.
Los dos primeros compartirán cartel con Shia LaBeouf y Thomas Haden Church en The peanut butter falcon. La tercera estelarizará junto a Sarah Jessica Parker en Best day of my life.
Se trata de un drama original de Netflix que se estrenará en 2017. El film sigue a dos viudos que si bien se conocían hace décadas, nunca habían tenido contacto.
La actriz protagonizará y producirá el thriller de acción Bad monkeys. El actor interpretará a Joseph Kennedy en el drama independiente Chappaquiddick.
Lejos de las miradas negativas que cosechó, aquí se dice que la última película de Tarantino es una obra mayor, que cuestiona desde las formas del género la moral de nuestro tiempo.
La vanidad de Tarantino llega a límites alarmantes y termina entregando un film estirado y perezoso en sus formas, donde el cine del realizador termina llegando a un callejón sin salida.