El film de Céline Sciamma muestra inteligencia en unas cuantas decisiones de puesta en escena y dos protagonistas potentes, aunque cae en varias manipulaciones en función de la ideología que quiere transmitir.
Los hermanos Dardenne continúan desarrollando una sólida carrera cinematográfica que apuesta por lo humano y por un realismo como síntoma de los males contemporáneos.
El joven canadiense presentó Juste la fin du monde, mientras que los hermanos belgas trajeron La fille inconnue. Dos películas menores de autores que están para más.