
Título original: Predator: Killer of killers // Origen: EE.UU. // Dirección: Dan Trachtenberg, Joshua Wassung // Guión: Micho Robert Rutare // Voces: Michael Biehn, Doug Cockle, Rick Gonzalez, Damien C. Haas, Lauren Holt, Lindsay LaVanchy, Jeff Leach, Cherami Leigh, Piotr Michael, Andrew Morgado, Louis Ozawa, James Bannon, Britton Watkins // Diseño de producción: Jessica Sherman // Edición: Stefan Grube // Música: Benjamin Wallfisch // Duración: 85 minutos // Año: 2025 // Plataforma: Disney+
6 puntos
UNA ANTOLOGÍA EFECTIVA, PERO LIMITADA
Por Rodrigo Seijas
(@rodma28)
Tras esa película algo sobrevalorada pero ciertamente efectiva que fue Depredador: la presa, a Dan Trachtenberg le dieron vía libre para seguir expandiendo o encontrando nuevos recovecos en el universo de la franquicia. Depredador: cazador de asesinos es, al igual que su predecesora, disfrutable un poco a pesar de sí misma, de ciertas arbitrariedades y remarcaciones del guión que la privan de ser un entretenimiento más sólido y menos enredado.
El film animado, codirigido por Trachtenberg junto a Joshua Wassung, es una especie de relato antológico, que engloba tres historias en un paraguas mayor. La primera se centra en una líder vikinga que, liderando un ejército que incluye a su propio hijo, emprende una misión de venganza contra el asesino de su padre. La segunda sigue a un guerrero ninja en el Japón feudal que se enfrenta a un hermano samurái en una lucha de sucesión. La tercera, situada durante la Segunda Guerra Mundial, se enfoca en un joven piloto que se encuentra con una amenaza fuera de este mundo. Sin embargo, los tres protagonistas terminarán reunidos en un mismo espacio-tiempo como trofeos del cazador de asesinos y obligados a trabajar juntos para sobrevivir.
Como casi todos los relatos antológicos, Depredador: cazador de asesinos tiene sus altas y bajas. La segunda historia es la mejor, a partir de cómo dice todo sin recurrir a las palabras y apoyándose en el movimiento, además de un uso muy inteligente de los espacios. Por el contrario, la tercera es la más floja, ya que se apoya en exceso en explicaciones y diálogos de trazo grueso, por más que no deje de ser interesante el proceso de aprendizaje vertiginoso del piloto. La primera queda en el medio, porque a pesar de que se regodea en algunos diálogos altisonantes, expone un grado de disparate en su puesta que es bastante saludable. El factor positivo principal es cómo la película adapta fluidamente sus códigos narrativos y estéticos a lo que cada microrrelato requiere, por lo que en buena medida se puede ver como tres films distintos entre sí.
El tramo final, que une a los tres personajes en un conflicto común de pura supervivencia en una especie de reversión de los torneos de gladiadores, es un resumen de las virtudes y defectos vistos previamente. Por un lado, altos grados de espectacularidad y violencia bien administrados, sacándole el jugo a todo lo que puede dar la animación. Por otro, varios gestos de más y resoluciones un tanto arbitrarias, con un peso excesivo en el humor aportado por un personaje como el del piloto, que a veces se torna algo insoportable. Todo queda, obviamente, abierto para una nueva entrega, quizás algo forzadamente. Depredador: cazador de asesinos cumple con lo prometido, por más que se sienta algo repetitiva y no explote del todo su potencial.
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