Título original: Idem // Origen: Argentina // Dirección: Tomás De Leone // Guión: Tomás De Leone // Producción: Maia Menta, Tomás De Leone, Alejandro Venturini // Fotografía: Nicolás Pittaluga // Montaje: Alejandro Venturini // Música: Pond 5 // Duración: 2024 // Año: 67 minutos //
6 puntos
YA ES DEMASIADO TARDE PRINCESA
Por Guillermo Colantonio
Con una duración justa y necesaria, el documental de Tomás de Leone aborda una doble crónica, la de una vida y la de un país. O mejor dicho, aspectos de una vida y de un país, porque todo no se puede decir en una película, que siempre es una construcción personal de un cineasta. Isabel Palacios es la mujer que habita el espacio principal de una trama que se articula en torno al ascenso, la caída y el levantarse como se puede. Sobrina nieta del famoso dirigente socialista, Alfredo Palacios, ex modelo de publicidades muy conocidas y musa de la canción La extraña de las botas rosas de La Joven Guardia, hoy escribe sus libros de tinte autobiográfico y lidia desde hace años con problemas (es portadora de HIV y su hijo César ha muerto), muchos de los cuales parece exorcizar en la escritura.
El método del director se reconoce claramente y consiste en trazar un paralelismo entre la vida privada y los sucesos argentinos durante unos cuarenta años. Los testimonios de Isabel conforman un engranaje acerca de la memoria sobre la alta burguesía, la intelectualidad y la farándula mientras el cambiante acontecer político transcurre incrustado en las identidades y los cuerpos de cada personaje involucrado. Da la sensación de que, en muchos aspectos, la vida de esta hermosa mujer es también la ilusión del cuento frustrado de princesas. Hay un momento donde el espejo rosa se rompe y el lado oscuro de la fiesta termina por invadir un modo de vida fundado en el artificio. La apoteosis de ese itinerario parece ser la década del noventa, el epicentro de la banalidad.
La película da cuenta de ese recorrido doble, el de una chica de clase alta que cruza a ver qué pasa en ámbitos donde se cocinaba la cultura del rock, del espectáculo y de la intelectualidad porteña, y el de haber transitado cantidad de experiencias sociales y políticas para terminar dilapidando todo. La quiebra de un país es también la fractura de una identidad. Tomás de Leone trabaja con los materiales desde un lugar ameno, alternando voces y archivos. No incurre en burdos excesos de sentimentalismo y se esfuerza por colocar a su protagonista en el centro neurálgico del itinerario. No obstante, queda la sensación de que hay tantísimo material fuera de campo y un personaje increíble que daba para más.
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