
Título original: Here // Origen: EE.UU. // Dirección: Robert Zemeckis // Guión: Eric Roth, Robert Zemeckis, sobre la obra de Richard McGuire // Intérpretes: Tom Hanks, Robin Wright, Paul Bettany, Kelly Reilly, Ellis Grunsell, Teddy Russell, Finn Guegan, Callum Macreadie, Lauren McQueen, Grace Lyra, Jemima Macintyre, Billie Gadsdon, Beau Gadsdon, Harry Marcus, Diego Scott // Fotografía: Don Burgess // Montaje: Jesse Goldsmith // Música: Alan Silvestri // Duración: 104 minutos // Año: 2024 //
6 puntos
LA NOSTALGIA BOOMER
Por Esteban Simoes
Robert Zemeckis es un director que tal vez no todo el mundo tenga de nombre, pero del cual probablemente la mayoría hemos visto algo, alguna vez, dada la consabida hegemonía de Hollywood en estos temas. Desde la saga Volver al futuro en los ochenta, a Forrest Gump en los noventa, Zemeckis supo construir una mitología alrededor de lo norteamericano y sus ídolos, la tecnología y la historia. Es indudable que desde los dos mil le ha costado mucho todo, en cuanto a resultados netamente cinematográficos y a taquilla. Lo que en los ochenta y noventa se veía como una relación virtuosa con las innovaciones de la época (recordemos también a la excelente ¿Quién engañó a Roger Rabbit?) en el nuevo siglo se convirtió en una relación problemática.
En su última película, Aquí, se produce el reencuentro de ambos protagonistas de la antes mencionada Forrest Gump (Robin Wright y Tom Hanks), fruto de la adaptación de la novela gráfica del laureado dibujante Richard McGuire. Debo confesar que es uno de mis cómics favoritos de todos los tiempos, lo cual hace que esta crítica sea tal vez un poco tendenciosa. A confesión de parte, relevo de pruebas, como se suele decir. Y es que la adaptación de la obra de McGuire generaba desde el principio ilusiones y preocupación en igual manera. Porque la historia transcurre desde un mismo punto de vista, un espacio en el estado de Nueva Inglaterra donde habrá una casa, y las íntimas historias que se van entrelazando a partir del pasado remoto, hasta un futuro posible.
La adaptación de Zemeckis tiene indudables méritos. Desde la elección de respetar un mismo plano durante toda la película (hasta el final lacrimógeno), a la manera de ir cambiando de historia en historia a través de figuras geométricas rectangulares con un fino borde blanco. Las actuaciones están a la altura y el uso del CGI y el maquillaje funcionan bastante bien. Pero, creo, el problema fundamental está en el guión. Porque, donde McGuire elije contar pequeñísimas historias personales, y donde el contexto está dado más que nada por las distintas decoraciones de los ambientes según la época, Zemeckis no puede evitar la grandilocuencia. Es decir, elige hacer de Aquí una especie de historia de los Estados Unidos, llena de un gigantismo mal digerido que desentona con la pretendida intimidad que quiere lograr. En ese sentido, Aquí parece más una continuación de Forrest Gump por otros medios (recordemos la cantidad de secuencias icónicas que recrean distintos momentos de la historia yanqui, es decir, blanca y de clase media) que una historia independiente por sí misma. Esa historia WASP (blanca, anglosajona y protestante) se subraya hasta el hartazgo (pensemos en la secuencia que involucra a Benjamin Franklin) y no es desdeñable la cantidad de golpes bajos que nos ofrece. Y, claro, hay apenas momentos puntuales para que aparezca lo nativo y lo negro, pareciera más como una imposición biempensante que como algo natural planteado desde el guion.
En definitiva, Aquí nos ofrece una experiencia disfrutable, teniendo en cuenta los matices observados, que hacen que me haya sido imposible la emoción que, seguramente -me atrevo a vaticinar-, hará emocionar hasta el lagrimeo a gente que hoy bordea los 70 años.
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