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Tipos de gentileza

Título original: Kinds of Kindness
Origen: Irlanda / Inglaterra / EE.UU. / Grecia
Dirección: Yorgos Lanthimos
Guión: Yorgos Lanthimos, Efthimis Filippou
Intérpretes: Emma Stone, Margaret Qualley, Jesse Plemons, Fadeke Adeola, Hong Chau, Tessa Bourgeois, Willem Dafoe, Kencil Mejia, Mamoudou Athie, Joe Alwyn, Thaddeus Burbank, Suzanna Stone, Jerskin Fendrix
Fotografía: Robbie Ryan
Montaje: Yorgos Mavropsaridis
Música: Jerskin Fendrix
Duración: 164 minutos
Año: 2024


4 puntos


LA PARADOJA DE LANTHIMOS

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Hay un buen chiste en Tipos de gentileza. Robert (Jesse Plemons) sufre por la desaparición de su esposa Rita (Emma Stone) y recibe la visita de una pareja de amigos, su compañero de trabajo Will (Mamoudou Athie) y su mujer Vivian (Margaret Qualley). Cenan, charlan, beben. Will y Vivian intentan consolar a Robert, quien de repente les propone mirar viejos videos para recordar a Rita. Sus dos amigos, un poco agobiados, le dicen que no es una buena idea, que no servirá de nada, pero ante la insistencia de Robert, finalmente ceden y se sientan frente al televisor. Pero lo que miran está bien lejos de ser un video familiar, uno con una fiesta de casamiento o unas vacaciones en la playa, sino una orgía en la que participan los cuatro. Es un chiste grueso, que funciona por la previa al remate y porque el montaje acierta en la forma en que dispone la información. Es, también, un gran chiste, que continúa un poco la experiencia de Pobres criaturas, donde Yorgos Lanthimos hacía gala de un humor negrísimo y retorcido, pero lúdico al fin. Aquí pasa exactamente lo mismo, con la salvedad que está inserto adentro de una película que no contiene a ese chiste, que no lo continúa ni lo vuelve espíritu jocoso, por más que se promocione como una comedia negra sobre diversas taras de la sociedad contemporánea.

Digresión: ¿es el único chiste de la película y lo acabo de quemar sin avisar que había spoilers? Me importa poco spoilearle una película a Lanthimos ya que él, como director, la emprende con toda una serie de maltratos y agresiones contra el espectador, muchas veces sin avisar. Listo, llamémosle venganza.

Volvamos.

Está bien pensar en Pobres criaturas, porque es la película extraña dentro de la filmografía de Lanthimos. El director griego suele meterse (al menos lo hizo antes de La favorita) en los rituales de la sociedad contemporáneo, horadando la superficie de personajes supuestamente normalizados para encontrar ahí debajo el horror. En Pobre criaturas hizo el camino inverso: en su relectura del clásico Frankenstein, puso en primer plano a monstruos potenciales para descubrir que ahí abajo había un mundo de placer y goce por explorar. Por lo tanto Tipos de gentileza es un regreso a esa zona de confort previa, en la que el griego se siente cómodo en su diatriba acerca de todos los males con los que convivimos y el horror del que todos son posibles (víctimas o victimarios). Se trata de un estilo totalmente extendido en el cine actual, especialmente el que funciona en festivales, con directores como Alejandro González Iñarritu, Ruben Östlund, Michael Haneke (de hecho el Tipos de gentileza de Lanthimos funciona con el mismo nivel de ironía tarada que el Amor de Haneke) y tantos otros, hijos mal aprendidos (o tal vez no tanto) de los peores lugares comunes del cine de Ingmar Bergman. Lanthimos construye un relato de 164 minutos integrado por tres cuentos que comparten intérpretes, elementos y un tema, las relaciones de poder pautadas por cierto grado de violencia. El director griego acumula atrocidades varias, con abortos, autoamputaciones de falanges y órganos, violaciones, suicidios, con algunos climas logrados pero con un nivel de gratuidad sólo comprensible en un contexto donde el espectador está tan alienado que supone que esto es revelador. Y no, a esta altura, es apenas el capricho de un director que se repite y se repite en sus provocaciones banales, y al que se la agotan un poco las ideas. Porque por ejemplo la violación que sucede en el último cuento podría no estar y la película funcionaría de la misma manera. 

Ahora bien, no deja de ser paradojal que Lanthimos se ponga cáustico con los vínculos de poder violentos, cuando él mismo impone al espectador desde su poder como realizador una serie de gratuidades innecesarias. Lo que en el fondo termina de construir a Lanthimos como un irresponsable o un cínico. Elija usted.


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