Título original: The Mean One
Origen: EE.UU.
Dirección: Steven LaMorte
Guión: Flip Kobler, Finn Kobler
Intérpretes: David Howard Thornton, Krystle Martin, Chase Mullins, John Bigham, Erik Baker, Flip Kobler, Amy Schumacher, Saphina Chanadet, Christopher Sanders
Fotografía: Christopher Sheffield
Montaje: Mathew Roscoe
Música: Yael Benamour
Duración: 93 minutos
Año: 2023
5 puntos
UN PAR DE OCURRENCIAS NAVIDEÑAS Y NO MUCHO MÁS
Por Rodrigo Seijas
(@rodma28)
La Navidad puede dar para todo, incluso relecturas donde el horror se fusiona con la comedia. Es el caso de Un siniestro cuento de Navidad, film de indudable corte independiente que se plantea como una reversión siniestra de El Grinch, aquella creación del Dr. Seuss. Y que tiene un par de invenciones interesantes -aunque no del todo bien concretadas- y no mucho más.
El relato se centra en Cindy, quien, siendo niña, durante una Nochebuena, en un tranquilo pueblo, presenció el asesinato de su madre a manos de un enigmático monstruo de pelo verde y aspecto temible. Nadie creyó en su momento en lo que contó que vio y es por eso que, veinte años después, ella regresa junto a su padre para celebrar nuevamente la Navidad y exorcizar los fantasmas del pasado. Sin embargo, la criatura reaparecerá, cometiendo asesinatos por doquier, lo que obligará a Cindy a enfrentar sus miedos más profundos, que son, ciertamente, muy reales.
El film de Steven LaMorte se plantea, desde el mismo comienzo, como una parodia oscura de los cuentos como los del Dr. Seuss, con una voz en off que narra todo con un tono entre didáctico e irónico, que procura subvertir lo infantil y pasarlo por el filtro de lo sanguinario. Eso le funciona durante un rato, porque su estructura argumental no deja de estar repleta de lugares comunes y mecanismos habituales del cine de terror, a los cuales les cuesta eludir. Por eso todo deriva eventualmente en un típico slasher, en el que se acumulan matanzas sin mucha inventiva, que van de la mano de un misterio cuya respuesta, convengamos, se ve venir a la distancia.
La otra idea relativamente interesante de Un siniestro cuento de Navidad surge a partir de una vuelta de tuerca cerca del final, que busca darle una explicación algo más humana a las acciones del antagonista. Es también un giro algo inverosímil, que va a contramano de lo que se estuvo contando y mostrando previamente. Eso sí, habilita un chiste tan cruel como efectiva, donde lo metafórico se adentra en el territorio de lo literal. Eso y poco más hay en un film al que le cuesta mantener atmósferas inquietantes y cuyo humor negro es limitado.
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