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Trolls 3: se armó la banda

Título original: Trolls Band Together
Origen: EE.UU.
Dirección: Tim Heitz, Walt Dohrn
Guión: Elizabeth Tippet, Thomas Dam
Voces originales: Justin Timberlake, Anna Kendrick, Zooey Deschanel, Christopher Mintz-Plasse, Patti Harrison, Troye Sivan, Daveed Diggs, Kunal Nayyar, Kevin Michael Richardson, Andrew Rannells, Kenan Thompson, Amy Schumer
Diseño de producción: Ruben Perez
Montaje: Nick Fletcher, James Ryan
Música: Theodore Shapiro
Duración: 91 minutos
Año: 2023


6 puntos


LAS PEQUEÑAS COSAS

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Como si de una partitura se tratase, esta tercera entrega de la saga Trolls corrige y mejora aspectos que habían empantanado a su segunda parte. Dirigida por Tim Heitz y Walt Dohrn, Trolls 3: se armó la banda recupera la memoria respecto de qué es lo importante en esta franquicia de Dreamworks: la música, el color, lo surreal, lo experimental y el humor absurdo construido a partir de la imprevisibilidad de esas criaturas con las que se puede hacer cualquier cosa. Claro, como un juguete.

Por supuesto que estas películas animadas industrializadas no terminan de sentir la libertad de expresarse sin demasiadas ataduras narrativas, por más que vociferen sobre la libertad y demás sarasa complaciente. Entonces, se empecinan en querer contar algo. Y ese algo es, a esta altura, demasiado mínimo como para que tenga un peso dramático que se banque los 90 minutos estándar de narración. Digamos, Trolls, como muchas películas animadas que resultan exitosas y se convierten en franquicia, se gastó todo el arsenal argumentativo en la primera película y desanda un camino en el que el contenido comienza a desaparecer, los conflictos se repiten demasiado y sólo sobrevive la forma. Eso que de una manera mucho más simple conocemos como “más es menos”.

Trolls 3: se armó la banda cuenta una historia de hermanos, que encuentra su lógica dentro del concepto de las boy band: descubrimos que Ramón (así le pusieron por aquí al protagonista, Branch en el original) integraba una de esas bandas de vocalistas masculinos junto a sus hermanos, se pelearon mal y con el tiempo tendrán que reencontrarse para salvar a uno de ellos que ha caído preso de un dueto de hermanos funestos. El conflicto de hermanos se replica y se estira a lo largo y ancho de toda la película y de casi todos los personajes, pero en lo concreto nunca termina de hacer sistema como un verdadero nervio dramático. Por lo tanto, y ahí la noble aceptación de la película, se olvida cada tanto de eso que quiere decir (que es básico y está expresado sin ángel) para abrazarse a un absurdo multicolor, que estalla en números musicales muy bellos, plagados de un set-list de inmortales canciones pop, y en chistes que pasan ante nuestros ojos (y oídos) a toda velocidad. Es ahí donde Trolls 3: se armó la banda funciona y sobresale del resto, casi como en una sucesión de clips que se hilvanan con una historia demasiado endeble. Claro que hay un elenco de voces notables, que no escucharemos en el cine salvo en algunas canciones que respetan afortunadamente la lengua original. Y todo se resolverá con el reencuentro en forma animada de unos viejos amigos de Justin Timberlake, lo que cierra mucho mejor, y sin discursos (en una película que elude sorpresivamente los excesos discursivos), el asunto ese de la hermandad.


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