Título original: Idem
Origen: Argentina
Dirección: Luciano Leyrado
Guión: Luciano Leyrado, Agustín Rolandelli
Intérpretes: Juan Leyrado, Andrea Frigerio, Ignacio Toselli, Romina Fernandes, Ornella Cattaneo, Humberto De Vargas, Bananita Gonzalez, Pablo Musetti
Fotografía: Federico Polleri
Montaje: Luciano Leyrado, Agustín Rolandelli
Dirección de arte: Lucía Rodríguez
Duración: 90 minutos
Año: 2023
5 puntos
QUE PAREZCA UN ACCIDENTE
Por Mex Faliero
Dos estrenos de este año basan parte de su suerte cómica (porque son comedias) en referencias a El padrino. Más que en referencias cinéfilas, en guiños directos, en un juego de convertir elementos de aquella película de Francis Ford Coppola, por vía de la parodia, en una bufonada. Uno es Heredera de la mafia y el otro Oliva. Y los dos son, cómo decirlo, bastante discretos.
Oliva, película argentina dirigida por Luciano Leyrado (basándose en una obra de teatro propia), tiene a Juan Leyrado por protagonista como un inesperado don, un Corleone del subdesarrollo. El hombre sufrió un shock emocional y desde entonces transita por la plantación de aceitunas que posee como un capo-mafia, dando órdenes directas de matar a los empleados que le fallan. Y uno de sus hijos le cumple la fantasía, simulando crímenes y dando guita a diestra y siniestra con fin de que todos en la comunidad le sigan el juego. Otra cosa: El hijo tiene la idea de presentar a su novia, que es además psicóloga, para tratar de sacar a papá del shock. La premisa de Oliva es divertida y la clave de la película será, claro, cómo sostenerla… de la misma forma que el hijo intenta sostener el delirio del padre. Claro, el problema de Oliva es que detrás de eso no hay mucho más desde lo cómico, o al menos la película no hace mucho por potenciar ese elemento clásico de la comedia que es la mentira y cómo mantenerla. O hay sí otra película, que es la que en verdad parece importar: Aparece otro hermano que no sabe lo que pasa y permanece como un fantasma la presencia de la madre, que se fue a Europa. La película de Leyrado (hijo) es entonces un relato sobre la familia, sobre su reconstrucción, y de ahí la apelación a una italianidad algo estereotipada. Y si bien esto termina siendo más interesante que la bufonada paródica de El padrino, no deja de construirse sobre la base de eso. Y ahí falla, porque lo cómico se vuelve reiterativo y demasiado estirado.
Y volvemos a la idea del guiño a El padrino. Más allá de la influencia de la película de Coppola, la parodia de Corleone estaba implícita desde la misma actuación de Brando, que era en sí misma una caricatura (por lejos lo peor de la película y, a la vez, lo más recordado). Que hoy se siga recurriendo a ese imaginario mafioso como referencia habla un poco de la búsqueda de un público adulto que es cada vez más escaso en las salas. Pero también se le busca dar cuerda a una idea un poco gastada. En esa pereza (que encima resulta demasiado importante en la resolución del relato) radica parte del fracaso de una película que no molesta, pero tampoco estimula demasiado.
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