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The quiet girl

Título original: An Cailín Ciúin
Origen: Irlanda
Dirección: Colm Bairéad
Guión: Colm Bairéad, sobre el libro de Claire Keegan
Intérpretes: Catherine Clinch, Carrie Crowley, Andrew Bennett, Michael Patric, Kate Nic Chonaonaigh, Carolyn Bracken, Joan Sheehy, Tara Faughnan, Neans Nic Dhonncha, Eabha Ni Chonaola
Fotografía: Kate McCullough
Montaje: John Murphy, Maire Ni Chonlain
Música: Stephen Rennicks
Duración: 95 minutos
Año: 2022


8 puntos


UNA EXPERIENCIA CINEMATOGRÁFICA

Por Santiago González

(@ElunicoSan)

Opera prima del director Colm Bairéad (con una larga experiencia en documentales y series de televisión), adaptación de Tres luces de Claire Keegan y también debut de Catherine Clinch, esta película que fue nominada a mejor film extranjero junto a Argentina, 1985 y Sin novedad en el frente es una gran apuesta para ver en pantalla grande.

The quiet girl transcurre en 1981 en el interior de Irlanda y sigue la historia de Cáit, una tímida y solitaria niña que vive en una familia de por si rota, que debe soportar un colegio toxico. Un poco de respiro a esta vida la encontrará en un viaje a la casa de la prima, ¿pero cuánto durará esto?

Si algo hay que reconocerle a la película es que gracias a su puesta en escena logra expresar los sentimientos de su personaje principal y su relación con quienes la rodean. The quiet girl empieza con un plano general de extensa duración, en el que la cámara se mueve lentamente para mostrarnos a la protagonista durmiendo en medio de la naturaleza, lugar en donde encuentra su refugio pero que también nos dice mucho de ella. Porque en esa libertad, en esa compañía con la naturaleza es donde prefiere estar.

La puesta en escena va a tomar entonces su punto de vista. Los planos son casi todos estáticos, apenas hay algún que otro travelling pero son escasos. Hay sí sutiles y lentos acercamientos de la cámara a los personajes. A los padres de Cáil se los muestra dándole la espalda, o en espacios separados remarcando y subrayando la separación emocional que tienen con ella. No ocurre lo mismo con aquellas figuras paternas que encuentra cuando va la casa de la prima de su madre. La puesta en escena cobra color al igual que los detalles que adornan aquel hogar. A eso se le suma una banda sonora a cargo de Stephen Rennicks para nada intrusiva, que acompaña casi de fondo algunas situaciones.

The quiet girl no funcionaría tampoco si no fuera por la actuación de Claire Keegan que podría tomarse como una actuación más de niño en un ambiente tóxico, pero lo que logra es mediante pocos recursos expresar muchísimo. A esto se le suma que todas las herramientas visuales a las que apela su director van en coherencia con el punto de vista de la protagonista, logrando una coherencia interna entre todos los elementos para que acompañemos su vida y su viaje.


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