Por Mex Faliero
NdR: Este texto contiene spoilers.
“El Richmond jugó sucio, mal y enojado… que casualmente son los nombres de los tres hijos de Zava”. Gran línea de otro gran episodio de Ted Lasso, que se estaría despidiendo con todo si, como algunos suponen, esta tercera temporada es la última. Big Week, dirigido por Destiny Ekaragha, tuvo un gran tema central, el partido entre el Richmond y el West Ham, que marcaría el reencuentro entre Ted Lasso (Jason Sudeikis) y el “chico maravilla” Nathan Shelley (Nick Mohammed). Ted Lasso me parece una serie graciosísima y llena de virtudes narrativas, que tiene para mí su máximo logro en la forma en que sortea sus conflictos dramáticos, en buena medida a partir de aprehender de manera muy inteligente la mirada de su protagonista. Pocas series logran ese nivel de integridad, y Ted Lasso lo hace maravillosamente. Si bien es una serie muy verborrágica, a la hora de resolver conflictos sabe ser sintética, bordea los aforismos a lo Lasso y sabe ser orgullosamente honesta. Esa síntesis la pudimos observar, por ejemplo, en la forma en que Rupert Mannion (Anthony Head) le indica a Shelley que debe afrontar el reencuentro con Lasso, algo que claramente Nathan no puede cumplir porque en el fondo no deja de recordar los buenos momentos en el Richmond. Y el reencuentro se vive entre la amabilidad de Ted y la inseguridad de Nathan, en un par de secuencias donde la tensión se construye con inteligencia y las palabras son siempre las justas. Pero Ted Lasso ha sabido sorprendernos con muchas resoluciones, por lo que no arriesgaremos acerca de cómo se resolverá esta, la que parece ser la trama principal de la temporada. En definitiva, que el Richmond y el West Ham jugaron un partido con muchas expectativas, que se difuminaron velozmente con un pronto 2-0 del equipo de Shelley y un segundo tiempo dominado por la furia y el nervio del Richmond, algo que además resultó una enseñanza para Roy Kent (Brett Goldstein) y Coach Beard (Brendan Hunt): la furia, el rencor, el pensar en caliente no son buenos consejeros. Ted ganó nuevamente, aunque como suele ser en su amable estilo, nunca les endilgó la victoria a sus colegas. De todos modos el entrenador sí aplicó eso de mostrar las emociones en videollamada con su ex Michelle (Andrea Anders). Un capítulo puramente Lasso, que como no podía ser de otra manera tuvo su dosis de comedia alocada (¡volvieron los Diamond Dogs!), guiños cinéfilos (la confusión entre Amigos con derechos y Amigos con beneficios fue genial), amabilidad y melancolía.
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