Por Mex Faliero
NdR: Este texto contiene spoilers.
La cuarta y última temporada de Barry arrancó con dos episodios, Yikes y Bestest place on earth, ambos dirigidos por el propio Bill Hader, al igual que el resto de los ocho que integran la despedida. La presencia de Hader detrás de cámaras, una revelación tanto en la segunda como en la tercera temporada, con capítulos que están entre lo mejor de la serie y -también- de la televisión contemporánea, acrecienta la lógica discursiva de una serie que se ha ido poniendo cada vez más oscura. Y estos dos episodios son una escalada precisamente en aspectos psicológicos de los personajes, atravesado todo por un tono realmente lúgubre. Particularmente extraño un poco el tono de las dos primeras temporadas, donde el humor estaba más presente, algo que fue quedando de lado un poco en la tercera, ganada más por el drama, muchas veces excesivamente intenso. Si en la primera temporada la violencia era algo común, se expresaba con raptos inverosímiles que llevaban inevitablemente a la risa. Pero ahora en Barry todo es más retorcido aún, algo que en todo caso se corresponde con la progresión que fue llevando la historia. El comienzo de la cuarta sigue los sucesos del final de la tercera, cuando finalmente el asesino Barry Berkman (Hader) llega a prisión a partir de la trampa que le tienden Gene (Henry Winkler) y Jim Moss (Robert Wisdom). Yikes funciona más como una puesta a punto de la actualidad de cada personaje: Barry lidiando con lo que le ocurrió; Fuches (Stephen Root) encarcelado en la misma prisión que Barry y temiendo por su vida; Sally (Sarah Goldberg) enterándose de la realidad de su novio y sufriendo a unos padres entre negadores y paternalistas; Gene tratando de sacarle provecho a su situación con su propensión al patetismo; y NoHo Hank (Anthony Carrigan) y Cristóbal (Michael Irby) emprendiendo una nueva vida juntos pero sin poder despegarse de lo criminal: un negocio se presenta de la forma menos imaginada (la escena en la que reúnen a otros mafiosos para contarles su plan fue lo mejor del arranque y una muestra de lo surrealista del humor de la serie). Ya Bestest place on earth hizo avanzar las cosas, accionó sobre las consecuencias de las decisiones de sus personajes y culminó con una línea clave: “Hay que matar a Barry”, dijo NoHo a Cristóbal. Los dos capítulos funcionaron como uno solo y nos depositaron en el gran conflicto de la temporada: de qué manera Barry saldrá con vida de todo esto, por más que el aura trágica nos hace pensar que no zafará, y cómo su entorno hará para zafar del vínculo con el asesino. Fueron dos episodios buenos, sólidos, que prepararon el camino para lo que vendrá. Promete ser excitante.
Si disfrutás los contenidos de Funcinema, nos gustaría tu colaboración con un Cafecito para sostener este espacio de periodismo independiente: