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El estudio soy yo

Por Patricio Beltrami

(@Pato_Beltrami)

NdR: Este artículo contiene spoilers.

James Gunn posee un alto perfil público, rareza entre los CEO de estudios cinematográficos, una anomalía para el denominador común de la industria. Sin embargo, este nivel de exposición tiene consecuencias. Desde su asunción como uno de los responsables de DC Studios, Gunn ha tomado una serie de decisiones para configurar la futura narrativa a su manera, aunque ciertas cuestiones podrían ser interpretadas como un conflicto de intereses bajo el lema “El estudio soy yo”. Si bien el realizador se ha encargado de explicar cada una de las últimas controversias que lo han ubicado en el centro del debate, no ha logrado desterrar los fantasmas sobre el uso de facultades para revitalizar a una marca que durante diez años no ha logrado adquirir un rumbo claro a causa de innumerables problemas internos.

Días atrás, la publicación especializada Variety informó que el CEO de DC Studios estará a cargo del reboot del Hombre de Acero bajo el título: “James Gunn se contrató a sí mismo para dirigir Superman: Legacy”. De acuerdo con la visión oficial manifestada por el realizador, la anterior gestión ya se había contactado con él para que se encargara de este proyecto. En ese momento, Gunn formaba parte de la estructura creativa del entonces DC Films, donde había dirigido y escrito El Escuadrón Suicida y creado su spin off, Peacemaker. Meses después, Gunn y Peter Safran fueron elegidos como nuevos responsables del renombrado DC Studios y, entre sus primeras medidas, indicaron que Superman tendría un rol preponderante en el reinicio (¿parcial? o ¿total?) del Universo DC.

En este contexto, Gunn evidenció que su mayor deseo era ocuparse de la nueva versión cinematográfica de uno de los emblemas del género de superhéroes. Por ese motivo, postergó los planes para la segunda temporada de Peacemaker y, a su vez, se desligó de escribir las primeras dos series Dioses y Monstruos: Creature Commandos y Waller. Asimismo, desde el anuncio de la futura narrativa de DC Studios se sabía que Gunn sería el autor de Superman: Legacy. En ese momento, era un secreto a voces que el propio CEO del estudio también se encargaría de la dirección de la película, algo que se confirmó meses más tarde.

Cavill, La Roca y nepotismo

Ante esta novedad resurgieron algunas polémicas del pasado reciente y se renovaron otras acusaciones contra Gunn. En este panorama, el CEO de DC Studios quedó mal parado en relación a las formas en que se produjo la salida del anterior Superman, Henry Cavill. ¿Por qué se había anunciado que el actor británico volvería a interpretar al superhéroe en una película que continuaría la (todavía) actual narrativa del Universo Extendido DC (DCEU)? Evidentemente, el guion de Gunn apuntaba a la introducción de un Superman más joven. Además, había trascendido que los nuevos responsables del estudio pretendían reiniciar la historia y desterrar (¿parcialmente? o ¿totalmente?) cualquier rastro del relato popularmente conocido como Snyderverso. En ese sentido, el breve retorno de Cavill, materializado en la escena postcréditos de Black Adam, no solo careció de lógica, sino que su figura terminó tan despreciada y maltratada como en las anteriores administraciones.

Además, con el correr de los acontecimientos se ha comprobado que el cameo de Superman en ese fragmento sólo fue una concesión al deseo de Dwayne Johnson. Luego de haber impulsado el proyecto durante casi una década, “La Roca” finalmente consiguió insertar a Black Adam en el DCEU. No obstante, llegó en el peor momento posible, a mitad de camino entre la retirada del Snyderverso y el armado del futuro Universo DC a cargo de Gunn y Safran. Sin embargo, esta experiencia fue un fracaso a nivel artístico y económico. En ese orden, el deseo potenciar a Black Adam como una de las figuras del renovado estudio, adquiriendo incluso un rol preponderante en el armado de la futura narrativa, quedó en la nada. De manera elegante, Gunn admitió que el antihéroe no tendría lugar en los primeros años de plan creativo, aunque no descartó introducirlo en una etapa avanzada de Dioses y Monstruos.

En tanto, la más reciente acusación contra Gunn por parte de sus detractores en redes sociales es nepotismo. Concretamente, apuntaron contra las reiteradas participaciones que ha tenido su esposa Jennifer Holland, quien interpreta a Emilia Harcourt. En primera instancia, esta agente al servicio de Amanda Waller (Viola Davis) formó parte del numeroso reparto de El Escuadrón Suicida, donde tuvo una breve participación. Luego, Holland se destacó como actriz secundaria en Peacemaker, demostrando así (si es que hiciera falta) por qué había sido elegida. A su vez, su rol en Black Adam fue extremadamente limitado a una necesidad de guion, mientras que su aparición en la primera escena postcréditos de ¡Shazam! La furia de los dioses se justifica en pos de los ¿futuros planes? del Universo DC.

A favor del matrimonio Gunn-Holland, recientemente trascendió que en principio se buscaba que dicha secuencia fuera protagonizada por Hawkman (Aldis Hodge). No obstante, una presunta negativa de Dwayne Johnson habría obstaculizado esta idea y, en consecuencia, provocado que el superhéroe sea reemplazado por Emilia Harcourt y John Economos (Steve Agee). Más allá de los eventuales cuestionamientos, la designación de James Gunn como corresponsable de DC Studios se respalda en una larga y exitosa trayectoria vinculada al género. Con una visión clara sobre el futuro universo, resulta lógico que Gunn y Safran busquen reiniciar la narrativa actual (¿parcial? o ¿totalmente?) para confeccionar su propio relato. De hecho, el nuevo Universo DC iniciará con tres proyectos que directamente involucran al autor de la trilogía Guardianes de la Galaxia: Creature Commandos, Waller y Superman: Legacy. Concretamente, “El estudio soy yo” porque para eso lo eligieron.

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