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Jugando en Springfield

Por Cristian Ariel Mangini

(@Masterzio84)

De entre las sagas animadas, Los Simpson debe ser una de las series que más cantidad de adaptaciones al videojuego debe tener. Desde su aparición en 1989 hay al menos 27 videojuegos que abrevan en el universo de la franquicia y explotan alguna faceta de sus personajes. La creación de Matt Groening, esa archi conocida sátira del american way of life que se ha transformado en una de las expresiones más icónicas y reconocibles de los noventas -y continúa hasta nuestros días-, fue abordada por distintas compañías en distintos géneros, desde juegos deportivos hasta pinballs. Bizarramente a menudo los videojuegos están basados en algún elemento anecdótico de un episodio -como el videojuego basado en Bartman– o personajes secundarios como Tomy y Daly, que muestran la enorme popularidad de la serie. No siempre estos juegos tuvieron una calidad a la altura de la serie y la jugabilidad resulta en gran cantidad de los juegos de forma confusa. Hablaremos en esta nota de algunos de los casos más conocidos y un último juego publicado hace unos días que explota apenas el fragmento de un episodio.

El primero del que hablaremos es quizás uno de los más populares e influyentes hasta el día de hoy: The Simpsons de Konami, juego lanzado en 1991 que demuestra la enorme versatilidad de la empresa japonesa en esos años. El arcade fue uno de los más populares y marcó a una generación que se acercaba a los fichines para interactuar con los queridos personajes mientras exploraban el universo de Springfield con una dirección visual asombrosa, en la línea del dibujo animado de Groening. Dirigido por Kengo Nakamura (que también contribuyó al arte de juegos como los legendarios Contra y Súper Contra), el juego es un beat´em up agil que tiene todo lo que debe tener un beat´em up bien hecho. La trama es sencilla pero efectiva en la línea del universo de los Simpsons: Maggie es secuestrada porque utiliza un diamante como chupete que era propiedad de Mr. Burns. El juego es un recorrido a través de ocho niveles que ponían a prueba las habilidades de la familia protagonista para rescatar a la bebé. En la línea de otros juegos del género, el modo cooperativo era magnético e invitaba a gastarse un arsenal de fichas para llegar al final y verlo. Era toda una odisea.

Por fuera de este juego de Konami, los primeros años de la franquicia no fueron tan felices en las consolas. Bart vs. The Space Mutants era un plataformas críptico con algunos elementos de juego de aventuras poco intuitivos lanzado en 1991, que tras pasar el primer nivel se volvía repetitivo y difícil por los insufribles controles. Bart vs. The world era otro plataformas genérico con Bart como protagonista que debía atravesar distintos niveles para derrotar a miembros del clan de Mr. Burns. Saltar en este juego era de por sí algo complejo, entre un diseño de niveles que amenazaban la paciencia del jugador a cada paso. En verdad la cantidad de títulos lanzados en estos primeros años es asombrosa y todos, incluso otro título lanzado por Konami pero para MS-DOS (Bart’s house of weirdness), tienen serios problemas en los controles más allá de proponer algo original o sorprender por su despliegue visual. De Bartman meets Radioactive Man, otro título malogrado pero esta vez de Acclaim, es mejor escribir lo menos posible.

Las otras generaciones no lo tuvieron fácil tampoco. En las plataformas de 16 bits salieron juegos como The Simpsons: Bart’s nightmare de Sculptured Software, una propuesta surrealista que nuevamente tenía a Bart como protagonista (claramente se apuntaba a un determinado rango de edad), que era original en su presentación, ya que uno navegaba una calle que servía de acceso a distintos escenarios, pero pésimo en su ejecución: los mini juegos eran monótonos y los controles contribuían a que la dificultad sea abismal. El juego invitaba desde su presentación, pero tras media hora uno inevitablemente se agotaba. Virtual Bart, otro título de la misma empresa que servía como secuela, repetía los mismos errores con una presentación mucho menos atractiva. Quizá lo más interesante que se vio en los noventas tenga como protagonistas a un personaje como Krusty (Krusty’s fun house), a pesar de ser una propuesta un tanto simple.

Por fuera de las megaproducciones de las consolas, arcades o títulos para PC, hay una reciente curiosidad que ha atraído por poner énfasis en uno de los episodios que más memes ha generado. El capítulo en cuestión es 22 short films about Springfield de la séptima temporada, un homenaje a la estructura fragmentaria de Tiempos violentos que tiene el segmento Steamd hams, una de las secuencias mejor guionadas en la serie que tiene en el centro una malograda invitación del director Skinner al superintendente Chalmers. En una genial conjugación de nostalgia el desarrollador NeoDement (@ItsNeoDement) utilizó la estética de las aventuras gráficas de Lucasarts para ponernos en el lugar del director Skinner resolviendo la embarazosa situación del episodio de 1996. Steamed hams: The graphic adventure lo pueden jugar completamente gratuito en el portal Gamejolt.


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