Título original: Baekdusan
Origen: Corea del Sur
Dirección: Kim Byung-seo, Lee Hae-jun
Guión: Kim Byung-seo, Kim Tae-Yoon, Kwak Jeong-deok, Lee Hae-jun, Lim Joon-hyung
Intérpretes: : Lee Byung-hun, Ha Jung-woo, Jeon Hye-jin, Ma Dong-seok, Bae Suzy, Jai Day, Ok Ja-yeon, Robert Curtis Brown, Sin-cheol Kang, Daniel C. Kennedy, Amy Aleha, Lee Kyung-young, Jo Han-Cheol, Daniel Joey Albright, Kwang-il Choi
Fotografía: Kim Ji-yong
Arte: Samuel King
Música: Bang Jun-seok
Duración: 130 minutos
Año: 2019
6 puntos
LA PELÍCULA DE LAS DOS CARAS
Por Franco Denápole
Baekdusan, titulada en inglés como Ashfall y en castellano de forma vaga como Alerta roja, o imprecisa como Terremoto 8.5, es una película coreana estrenada en 2019 pero que llegó a los cines argentinos recientemente. Se puede hacer un paralelismo entre tal diversidad de nombres, que apuntan todos a significados bastante diferentes, y la estructura narrativa de la propia película, que durante varios tramos oscila entre dos géneros sin saber bien qué quiere ser. “Baekdusan”, el nombre original, hace referencia a un monte ubicado en la frontera entre Corea del Norte y China. En la película, esta montaña de propiedades míticas hace erupción y provoca un terremoto que amenaza con destruir toda la península de Corea. He ahí la razón del segundo título en español. Por su lado, “Ashfall” es una expresión que hace referencia a la actividad volcánica, y “Alerta roja” es tal vez el título más confuso de todos. Es interesante pasar revista de estas numerosas denominaciones porque así como pareciera que los distribuidores no se ponen de acuerdo, a la propia película le cuesta dejar en claro cuál es la causa del conflicto y qué tipo de argumento se desarrollará en función de eso.
Las primeras escenas nos retrotraen al cine de catástrofe norteamericano del estilo de películas recientes como Geo-tormenta o Terremoto: la falla de San Andrés, con su grandiosidad y con la cámara en el suelo junto a los protagonistas, disparados en un frenético intento de salvarse de la destrucción que ocurre a sus alrededores. Se nos introduce luego un personaje salido de las películas de Roland Emmerich, el científico que expone las causas del fenómeno natural. Por último, asume el protagonismo un héroe de acción que se corresponde un poco con el estereotipo de John Mclane, un hombre común y sin habilidades extraordinarias sobre el cual se deposita una gran responsabilidad, y que a lo largo de la trama aprende a asumirla y hacer lo que tiene que hacer. Sin embargo, la trama da un vuelco y se convierte en algo similar a Los indestructibles: un grupo de personajes que debe realizar una misión atravesando varios set pieces en busca de un objetivo final. Surge también un segundo protagonista: un doble agente renegado, de lealtad dudosa y éticamente ambiguo, que llevará adelante una transición de antagonista a protagonista encarnando hacia el final el rol del antihéroe.
Esta indecisión le cuesta caro a la película. Sus tres actos quedan aislados los unos de los otros. La introducción se parte a la mitad, el desarrollo se sostiene a partir de la epopeya de un grupo de militares en territorio hostil y en la conclusión, Baekdusan vuelve a asumir la apariencia de una película de catástrofe. El guion avanza torpemente a base de clichés del cine nortamericano y oscilando entre estas dos identidades. Y sin embargo, aún con este handicap, la química entre los dos protagonistas es suficiente para hacer que buena parte de los 130 minutos de duración se pasen rápido. El cine coreano demuestra continuamente esa capacidad de generar empatía y apelar al espectador que vuelve a sus películas y series, como mínimo, entretenidas, y Baekdusan no es una excepción.
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