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Funcinema

La Plata contada

Título original: Idem
Origen: Argentina
Dirección: Sebastián Díaz
Guión: Sebastián Díaz
Testimonios: Rubén Pesci, Fernando Aliata, Nicolás Colombo, Martín Epeloa, Gabriel Darrigran, Susana Scorians, Cristina Espinosa
Fotografía: Julián Olmedo, Manuel Muschong
Cámara: Mauro Braga, Sebastián Díaz, Julián Olmedo
Música: Daniel Bugallo
Duración: 72 minutos
Año: 2021
Plataforma: CineAr


6 puntos


LA CIUDAD QUE NO FUE

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

El documental de Sebastián Díaz recorre los orígenes de La Plata, la ciudad capital de la provincia de Buenos Aires, que fue fundada en 1882 por el gobernador Dardo Rocha. Una ciudad moderna por entonces, que anticipó incluso a la Ciudad de Buenos Aires en el carácter monumental de sus edificios públicos, y que encierra en su misma construcción varios misterios, como la para nada disimulada presencia de los masones que poblaron de signos múltiples espacios, e incluso el propio trazado urbano y la ornamentación de los monumentos y esculturas. De la mano de especialistas, la película destaca por un lado las características peculiares de la ciudad, aquello que la distingue, e incluso sus misterios, para terminar concluyendo en la evidente crónica de un fracaso: La Plata se convirtió finalmente en la ciudad que no fue.

Lo que se observa en los orígenes de La Plata y en el diseño de ciudad imaginado por Dardo Rocha es una muy precisa intención de disputar con Buenos Aires el liderazgo político y económico del país, e incluso de destronarla, algo que finalmente no sucedió, tal vez por la cercanía con la Capital según alegan algunas voces. Si la capital bonaerense, con sus diagonales, sus constantes avenidas y su gran presencia de bosques y plazas, era un ejemplo arquitectónico que se comentaba en Europa y que hasta estimulaba la imaginación del escritor Julio Verne (al menos eso destacan los testimonios de especialistas), la cruel realidad es que la puja política con la Capital nunca le permitió escapar de la imagen de hermana menor. Y eso se traslada hasta el presente, cuando los constantes gobernadores son en su mayoría construcciones diseñadas desde Ciudad de Buenos Aires. La Plata contada documenta, por tanto, el espíritu centralista de la sociedad argentina.

Es cierto que aunque constituye el centro del relato, la exposición del imaginario masón termina siendo una curiosidad que distrae de aquellos asuntos más interesantes que tiene para ofrecer la película. Porque lo que le termina dando un tono casi melancólico al film de Díaz es efectivamente el relato de ese fracaso, el de la ciudad moderna y pujante, preparada para convertirse en centro del país, que terminó absolutamente relegada. Esa frustración que hoy se extiende a otros aspectos, vinculados con el deterioro urbanístico de una ciudad que creció pero sin la planificación de sus fundadores: edificios que acumulan habitantes en determinadas zonas, construidos sin estilo ni respetando los códigos arquitectónicos de una ciudad. Esa tragedia, que en todo caso es general y trasciende a la ciudad de La Plata, luce aquí más impactante al cotejar pasado y presente. La Plata contada es un documental simple y sin mayores riesgos formales o narrativos, que en todo caso, como una ciudad, esconde sus valores en algunos pliegues y recovecos.

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