Por Cristian Ariel Mangini
El «Gun Fight» de 1975 es considerado como uno de los primeros shooters clásicos.
Confieso que esta sección debería haber empezado hace un tiempo, sobre todo porque uno menciona al pasar “juego de plataformas” o “shoot´em up” y no siempre está tan claro a qué refiere. En particular al repasar la historia de las consolas o la trayectoria de creadores, uno se pierde en una terminología un tanto críptica con la cual quizás no todos estén familiarizados a pesar de los más de treinta años de historia del videojuego. Por ello esta nueva sección (que supo ser radial primero) destinada a definir los rasgos que hacen a cada género y subgénero dentro de lo establecido, teniendo en cuenta que categorías y subcategorías a menudo se superponen o desaparecen, para ser absorbidas o acopladas en nuevas categorías. Es un terreno relativamente nuevo y es lógico que aún nada esté tan establecido como se piensa. En todo caso, son generalizaciones que ayudarán a comprender mejor el universo de los videojuegos.
Decir Acción suena como algo relativamente llano y simple. Lógicamente lo asociaremos a las imágenes cinematográficas de tiroteos, persecuciones, huidas y no estaríamos tan errados. En el campo de los videojuegos el enorme y antiguo género de juegos de acción se emparenta tanto con el cine como con la literatura, abriendo un amplio abanico de subgéneros. Pero primero definamos de qué hablamos. A pesar de su amplitud existe un consenso de que un videojuego de acción se caracteriza por desafiar al jugador con pruebas físicamente exigentes y una coordinación vertiginosa que privilegia el tiempo y el aprendizaje para reaccionar a determinados obstáculos. El hecho de apuntar desde la jugabilidad a la coordinación, un elemento tan básico de los videojuegos desde la década del ‘70, es lo que hace del género uno de los más amplios. Recordemos que incluso un juego como el Pong (Atari, 1972) podría incluirse como uno de los primeros videojuegos de acción (aunque también deportivo, una categoría que veremos en otra entrega).
Hablando del Pong, es históricamente su éxito lo que influyó en una búsqueda de juegos basados en la misma fórmula, al menos en términos de jugabilidad. Sin embargo pronto hablaremos de juegos como el Gun fight (Taito, 1975) o el Sea wolf (Midway, 1976), exponentes que privilegian la capacidad de reacción como el Pong, pero ofrecen otro marco dentro de las posibilidades técnicas de la época. Nacían los juegos de disparos o shooters, que añaden originalidad entre la afluencia de imitadores del Pong. Por supuesto, el paso lógico era hacia la aparición de los videojuegos shoot´em up con un imaginario intergaláctico, más precisamente la revolución del Space invaders (Taito, 1978). Dispararle a todo lo que hay dando vuelta por la pantalla pasó a ser uno de los rasgos identificados en un comienzo con los juegos de acción, acompañado de una complejidad narrativa y progresión que hasta el momento era inédita en otros géneros. Esto sembró una nueva oleada de imitadores dentro de los juegos de acción, en este caso de la formula clásica del shoot´em up. Las salas arcade, que se encontraban en su etapa dorada, presenciaron cómo esta efectiva fórmula tenía sin embargo múltiples posibilidades y otros exponentes de calidad como el Asteroids (Atari, 1979) o el Defender (Williams Electronics, 1980).
Un moderno FPS, el «Far Cry 6» de Ubisoft
Los ochentas van a diversificar las posibilidades de los juegos de acción, primero con el Pac Man (Namco, 1980), un juego de laberintos que también hacía hincapié en la velocidad para explorar un entorno; y luego con el Donkey kong (Nintendo, 1981), un juego que será fundamental para establecer las pautas del subgénero de plataformas, videojuegos que se llaman así porque debemos eludir y saltar obstáculos, además de ser el origen de dos personajes icónicos. Por otro lado los arcades ampliarán durante los ochentas el alcance de los juegos de acción con los juegos de pelea. Un exponente prematuro es el Kung fu master (Irem, 1984), que luego tendrá expresiones más complejas a través de los juegos beat´em up como el célebre Double dragon (Technos Japan, 1987).
En todo caso, los mediados de los ochentas marcarán el momento en que los juegos de acción tendrán múltiples expresiones a través de varios subgéneros, a menudo reformulando antiguas expresiones como el shooter a través del first person shooter (o FPS), o simplemente agregando más elementos a una formula probada, como el hack and slash. Conociendo ahora la base de los juegos de acción, iremos desentrañando cada uno de los subgéneros y su vigencia en cada nueva entrega.
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