Por Mex Faliero
Tengo 43 años, tuve una infancia pegada al televisor junto a los Amos del Universo y el poder de Greyskull, de muñecos articulados de He-Man cada Navidad, Reyes o cumpleaños (pobres mis padres, éramos un hogar de clase media laburante sin mayores lujos en aquella primavera -luego invierno- alfonsinista), pero es momento de aceptarlo: He-Man y los Amos del Universo, aquella serie animada de los 80’s, era realmente flojísima. Si bien generó un concepto que luego explotaron otras series como Thundercats y Silverhawks, ambas la superaron en desarrollo de personajes y en técnica de animación. Pero la serie producida por Filmation generó su credo (acá me tienen), su mitología y, hay que decirlo orgullosamente, una galería de personajes riquísimos y hermosos desde el concepto, con Skeletor como máxima creación (yo hinchaba por Skeletor, disculpen habitantes de Eternia). Con todo lo malo que podemos decir a partir de algunas revisiones que hemos hecho con el paso del tiempo (la serie no se sostiene), He-Man fue una pionera, abrevando en viejas tradiciones del relato de aventuras (hay mucho de Conan, algo de Flash Gordon, claro que sí de El Zorro y Batman), pero relanzándolo con un espíritu pop muy propio de la época. Por todo esto que digo, cualquier reedición que se haga de aquella serie (recordemos que ya hubo películas de acción real, un spin-off con la hermana She-Ra y una nueva serie a comienzos de este siglo por Cartoon Network, sumado a una nueva película que nunca termina de concretarse) tendrá que vérselas contra un recuerdo un poco falso, que no es otra cosa que el candor de la infancia y el rechazo inconsciente a demoler nuestra memoria. Con todo esto, decir que Netflix quiso horadar en nuestro pasado y sacó una nueva serie, Masters of the Universe: Revelation, que tiene el aval, como nunca en esta franquicia, de un nombre importante detrás del proyecto: Kevin Smith. La serie, de la que se lanzó la primera parte de la primera temporada, se asume como una continuación de aquel universo, dando por hecho que su espectador potencial está en ese público adulto que miraba la serie en la infancia. De ahí, que avance ya desde el primer episodio con revelaciones claves y una exposición de secretos que más allá del riesgo que toma, es atractiva como conflicto. Es decir, desde el comienzo Masters of the Universe: Revelation apuesta por desenmascarar al héroe y poner en crisis a los otros personajes, especialmente a Teela, la ladera habitual de He-Man. Podríamos llegar a juzgar por qué una reversión de He-Man saca de escena a sus dos personajes principales, pero también es cierto que desde lo dramático es más intensa e interesante esa exploración de una serie de personajes que se sienten traicionados y relegados, y que harán el ineludible camino del héroe para convertirse en líderes. Sin dudas que Masters of the Universe: Revelation es una invitación constante a la nostalgia y desde allí apuesta por poner en pantalla la mayor cantidad de personas posibles, y dejar algunos cameos simpáticos como el de Stinkor. Digámoslo de una vez: Masters of the Universe: Revelation es mejor que He-Man y los Amos del Universo básicamente porque desde lo estético y lo gráfico es más virtuosa, y porque narrativamente tiene un volumen que aquella serie más episódica no tenía. No es ninguna maravilla, quema demasiado rápido algunas informaciones y comete el pecado constante de acelerar las acciones hacia el final de cada episodio para apostar por el cliffhanger, pero a cambio le da profundidad a aquel universo algo tosco, nos regala un laburo de voces increíble (especialmente el Skeletor de Mark Hamill y el Man-At-Arms de Liam Cunningham) y tiene algunos pasajes algo melancólicos con personajes que mueren. Tal vez su mayor pecado sea el de no tener aire para conectar con una generación nueva, pero tampoco creo que sea su gran cometido. Lo suyo es reconfortar al fan y lo hace con inteligencia, cariño por el original y buenas ideas.
–Los cinco episodios de la primera parte de la temporada 1 de Masters of the Universe: Revelation están disponibles en Netflix.