No estás en la home
Funcinema

John DeLorean: mito y magnate – Miniserie

Por Rodrigo Seijas

(@rodma28)

La figura de John DeLorean es tan polémica como fascinante, a tal punto que ha promovido unos cuantos largometrajes documentales. Creador del icónico y la vez maldito auto utilizado por Marty McFly y el Doctor Emmett Brown en Volver al futuro, supo ser un ejemplo cabal de alguien hecho desde abajo: de orígenes humildes, se graduó de ingeniero y ascendió hasta los estratos más altos de la General Motors. Y, cuando todo parecía indicar que iba a ser el próximo jefe de la poderosa empresa automotriz, eligió el camino más difícil y desafiante: montar su propia compañía, con un modelo de auto que era revolucionario para la época y una fábrica propia. Claro que ese sueño cumplido terminó siendo su peor pesadilla: la planta donde se hacían los autos, luego de muchas idas y vueltas, se terminó montando en Irlanda del Norte, justo durante el auge del enfrentamiento del IRA con el gobierno británico; las ventas del emblemático auto estuvieron muy lejos de lo esperado; y la crisis de la compañía se fue precipitando a pasos acelerados. Pero todo se complicó aún más cuando el propio DeLorean terminó afrontando acusaciones de narcotráfico, lo que destruyó su reputación como empresario y hombre del jet set. Esta introducción un poco extensa se queda corta al lado de todo lo que cuenta John DeLorean: mito y magnate en sus tres episodios. La miniserie dirigida por Mike Connolly no innova demasiado en su formato, pero se permite ir y venir en el tiempo para estudiar la personalidad de DeLorean, un hombre cautivante, que se exponía constantemente frente a las cámaras, pero que al mismo tiempo era escurridizo e incluso un poco indescifrable. Es que detrás de su carisma innato había una oscuridad latente, que le permitía tomar toda clase de riesgos -tanto creativos como financieros- e incluso coquetear con terrenos ilegales. En ese aspecto, lo más impactante son los testimonios de su ex esposa y su hijo, que establecen un camino que fue primero de fascinación y cuasi adoración, hasta desembocar en la desilusión, el enojo y la tristeza. Pero, además, la narración utiliza el caso de DeLorean como ejemplo testigo de la evolución -e incluso involución- del imaginario del american dream a lo largo de las décadas, incluso llegando hasta el nuevo milenio. Caso testigo de violento ascenso y caída, DeLorean podría haber sido tranquilamente un personaje de Martin Scorsese, un superviviente trágico como el Sam “Ace” Rothstein de Casino o el Jordan Belfort de El lobo de Wall Street. Connolly es más conciso y menos ambicioso que Scorsese, aunque nos deja entrever que estamos ante un tipo que tuvo pasajes donde parecía ser más grande que la vida. Y aunque le falta profundizar en el hechizo que todavía generan sus creaciones, igual construye un relato que nos hace preguntarnos por el poder de su legado y cómo es que hay gente que está dispuesta a todo por transformar el mundo y su tiempo. DeLorean era alguien excepcional, para bien y para mal, y John DeLorean: mito y magnate lo deja bien claro sin recurrir a subrayados.

-Los tres episodios de John DeLorean: mito y magnate están disponibles en Netflix.  

Comentarios

comentarios

Comments are closed.