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Finales, principios

Título original: Endings, Beginnings
Origen: EE.UU. / Corea del Sur
Dirección: Drake Doremus
Guión: Jardine Libaire, Drake Doremus
Intérpretes: Shailene Woodley, Sebastian Stan, Jamie Dornan, Matthew Gray Gubler, Lindsay Sloane, Shamier Anderson, Presciliana Esparolini, Ben Esler, Sherry Cola, David Schroeder, Stephen Young, Wendie Malick, Kyra Sedgwick
Fotografía: Marianne Bakke
Montaje: Garret Price
Música: Philip Ekström
Duración: 110 minutos
Año: 2019
Plataforma: Cining


6 puntos


UN AMOR BIFRONTE

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

El número 2 está por todos lados en este film de Drake Doremus, que sigue a una joven que arrastra un pasado tortuoso y quiere dar una vuelta de página en su vida. Ya el título –Finales, principios– expone esa dualidad, con dos palabras que significan cosas opuestas pero que bien pueden estar conectadas: porque donde termina una cosa empieza la otra. Y eso es lo que le pasa a la Daphne de Shailene Woodley, quien luego de una difícil ruptura amorosa quiere darle un corte a lo sentimental y alejarse del deseo, pero que sin proponérselo termina tironeada por dos intereses románticos, para colmo de males amigos entre ellos. O tal vez haya algo consciente en su accionar autodestructivo. En definitiva, destruirse para renacer y rehacer.

Dos son los intereses románticos de la protagonista (Sebastian Stan, Jamie Dornan) y dos son los caminos a seguir: el del control y la armonía o el de la destrucción absoluta. Siempre dos, el camino de Finales, principios ofrece salidas o recaídas, siempre de a par. Aunque la película de Doremus cae ella misma presa de una dualidad molesta, la que conecta el melodrama algo adolescente con el film indie e introspectivo. La ligereza morbosa del primer registro se cruza con la atmósfera más sensible y levemente sórdida del segundo. Y la mixtura no es del todo exitosa, porque hay un tono que va variando de manera inconstante y vuelve a la película un poco insustancial, como si la gravedad que surge de momento fuera más una pose o una búsqueda estética para encajar a la película en un público determinado. O en algún festival.

Lo que no se puede negar es el esfuerzo realizado por Woodley para hacer de Daphne un personaje atractivo y no un mero títere del guion. Woodley es una joven actriz del cine independiente que se probó en dos producciones adolescentes populares como la saga Divergente y el drama con cáncer Bajo la misma estrella, y que formaron parte de una renovación generacional no del todo evidente en ese momento de las audiencias que consumían cine. Es probable que una película como Finales, principios esté destinada a ese público nuevo, que consuma esto como un drama potente. En todo caso Woodley como icono generacional (y Stan y Dornan, este último famoso también a partir de la saga erótica millennial 50 sombras de Grey) tiene la solvencia como para hacer que todo luzca bastante sólido. Y al final, como tiene que ser, ella se convierte en dos.

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