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Cuando Disney mete la cola

Por Patricio Beltrami

(@Pato_Beltrami)

¿Quién hubiese pensado que el preestreno de una película de superhéroes podría convertirse en un escenario de conflicto entre ejecutivos y actores? Más allá del éxito comercial y artístico que el Universo Cinematográfico Marvel ha sostenido durante los últimos trece años, la compañía no ha estado exenta de controversias. Mayormente, las polémicas que han afectado al estudio se debieron a diferencias creativas, como aquellas que derivaron en las salidas de Edward Norton, Edgar Wright o Scott Derrickson. Asimismo, otros puntos de discusión a lo largo de la última década fueron los reclamos para aumentar la cuota de superheroínas o garantizar una mayor diversidad en pantalla, así como también reducir y/o acabar con la brecha salarial entre protagonistas masculinos y femeninas. Sin embargo, las peores confrontaciones se han producido cuando Disney mete la cola.

Justamente, el último de estos episodios estalló en la previa de la presentación de Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos. En una entrevista, el CEO de Disney, Bob Chapek, calificó al estreno del film como un “experimento”, ya que llegará únicamente a las salas en medio de un fuerte rebrote de COVID-19 a lo largo de todo el hemisferio norte. Asimismo, el estreno de la nueva película del MCU también conlleva un cambio de estrategia para el conglomerado, cuyas recientes producciones habían sido lanzadas simultáneamente en cines y Disney+ (Viuda negra y Jungle cruise) o solo en streaming (Luca).

Frente a ello, Simu Liu, quien interpretará al mismísimo Shang-Chi, recogió el guante y cargó contra el máximo responsable de Disney. En su cuenta de Twitter, afirmó: “No somos un experimento. Somos los subestimados. Somos los que rompen el techo. Somos la celebración de la cultura y la alegría que perseverará después de un año convulso. Somos la sorpresa. Estoy muy excitado para hacer historia el 3 de septiembre. Unete a nosotros”. Horas más tarde, ya en la alfombra roja, el CEO de Marvel Studios, Kevin Feige, intentó bajarle el tono a esta situación, a la que calificó como un “malentendido”.

A pesar de sus esfuerzos como mediador, Feige sabe que la relación entre los actores de Marvel y la cúpula de Disney atraviesa el peor momento desde la adquisición del estudio. Todavía no ha trascurrido ni un mes desde que la demanda de Scarlett Johansson trascendiera a los medios. Lejos de buscar un acercamiento entre las partes, la respuesta inmediata de Disney fue deslegitimar los motivos de la presentación judicial e, incluso, arremeter contra la idoneidad ética y moral de la actriz. Como se esperaba, esta actitud derivó en un fuerte repudio por buena parte de la comunidad artística estadounidense. Y aunque ya se sabía que no volvería a interpretar a Natasha Romanoff, tras este conflicto es altamente probable que Johansson no vuelva a trabajar para Disney durante muchos, muchos años.

El otro gran conflicto que sufrió Marvel a causa de las decisiones de los ejecutivos del conglomerado había sido el despido de James Gunn. A mediados de 2018, poco después del exitoso paso de Avengers: Infinity War en los cines de todo el mundo, el director de Guardianes de la Galaxia sufrió en carpetazo a través de las redes sociales con la publicación de viejos tweets donde bromeaba sobre la pedofilia. Rápidos de reflejos ante el repudio generalizado de la comunidad virtual políticamente correcta, la cúpula de Disney echó al realizador y guionista de la franquicia cósmica. Ante ello, los actores no solo evitaron cargar contra Gunn, sino que incluso algunos asumieron una ferviente defensa. Particularmente, desde ese momento Dave Bautista, también conocido como Drax, no ha parado de criticar a Disney en términos más o menos duros. Meses más tarde, el director recuperó su empleo en Marvel, aunque tanto él como Bautista han ratificado reiteradamente que no planean seguir vinculados al estudio más allá de Guardianes de la Galaxia Vol. 3.

Si bien la controversia entre Simu Liu y Bob Chapek parece haber terminado en la alfombra roja gracias a la rápida acción de Feige, lo cierto es que se trató de una controversia más leve y menos incómoda que las anteriormente mencionadas. Aun así, es indiscutible que Disney ha estado directamente vinculado con las polémicas más importantes que ha padecido el MCU. El despido de Gunn y la descalificación a Johansson escalaron rápidamente e impactaron de manera profunda tanto en los medios de comunicación como en las audiencias, los fanáticos y la comunidad artística. Particularmente, ambos problemas se desencadenaron a partir de decisiones tomadas unilateralmente por los ejecutivos del conglomerado, fuera del alcance de la cúpula de Marvel, que ha demostrado ser más diplomática y prolija para contener esta clase de asuntos.

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