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La mujer en la ventana

Título original: The Woman in the Window
Origen: EE.UU.
Dirección: Joe Wright
Guión: Tracy Letts, sobre la novela de A.J. Finn
Intérpretes: Amy Adams, Fred Hechinger, Gary Oldman, Julianne Moore, Jennifer Jason Leigh, Wyatt Russell, Brian Tyree Henry, Jeanine Serralles, Anthony Mackie, Mariah Bozeman, Daymien Valentino, Anna Cameron
Fotografía: Bruno Delbonnel
Montaje: Valerio Bonelli
Música: Danny Elfman
Duración: 100 minutos
Año: 2021


6 puntos


COMO EL FÚTBOL ARGENTINO

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Soy hincha de Huracán, así que veo a mi equipo perder seguido en el campeonato de fútbol argentino. Eso daría una idea de un equipo realmente débil, incapaz de ser competitivo. Digamos que un poco eso es así, pero también que hay sutilezas que no se observan a simple vista. En verdad, cuando uno mira los partidos hay diferencias que son mínimas, pero que terminan definiendo los resultados: el talento individual de un jugador que desequilibra un partido parejo con una jugada aislada. En este torneo, por ejemplo, Huracán perdió varios de esos partidos en los que no pasaba nada, pero la astucia de algún jugador contrario mandó al fondo de la red la única situación de peligro que se dio. Esto, que parece el llanto del hincha de un equipo que no gana nada, es en verdad una síntesis del presente del fútbol argentino. Salvo River -o en su menor medida Defensa y Justicia-, que intenta jugar a otra cosa, el resto de los equipos ofrece una medianía y mediocridad en su juego que explica el nivel paupérrimo que tiene el campeonato. No hay mayores diferencias entre los equipos, salvo la capacidad económica de algunos para contratar a esos jugadores que te marcan la diferencia (o la capacidad para tener buenas divisiones inferiores). Entonces la que Cordero en Huracán te manda por arriba del travesaño, Villa en Boca te la manda a guardar. No hay desde el juego y la propuesta futbolística mucho que explique los resultados, salvo el talento individual, la distinción de algún iluminado que marque la diferencia.

En el cine, al menos en esa medianía profusa que conocemos como cine industrial, pasa lo mismo que en el fútbol argentino. Un montón de películas todas iguales, a las que el talento individual de algunos pone en un lugar diferenciado y las rescata. O al menos nos llaman la atención como para mirar y seguir mirando. La mujer en la ventana es una película que representa perfectamente este diseño: es un thriller con giros y final pretendidamente sorpresivo, como tantos que se hicieron en los 90’s, aunque con la distinción de los talentos individuales: en la dirección está el británico Joe Wright, y en el reparto Amy Adams, Gary Oldman, Wyatt Russell, Julianne Moore, Anthony Mackie, Jennifer Jason Leigh, Brian Tyree Henry, Tracy Letts. Es decir, un montón de nombres propios que aportan lo suyo con oficio y solidez, y que vuelven mínimamente interesante algo que en lo concreto no lo es tanto. Porque Wright ha demostrado tener mucho talento para el encuadre y algunos de esos truquitos narrativos por encima de la media; porque Adams puede interpretar su enésimo personaje torturado con notas distintivas; porque Oldman vuelve a ser el Oldman odioso de sus primeras épocas, al borde de la sobreactuación; porque la fotografía de Bruno Delbonnel tiene algunas pinceladas de sorprendente expresionismo; porque la música de Danny Elfman es todo lo hitchcockniana que este homenaje requiere. Todos tocan la nota justa y precisa, todos contribuyen a salvar la ropa con algo de dignidad.

Seguramente que todos los involucrados están para más, y aceptar lo discreto como norma parece un renunciamiento. Sin embargo en La mujer en la ventana todos parecen renunciar explícitamente a lo distinguido, y en esa operación hay algo lúdico (y honesto) que se agradece. Porque la película de Wright no solo que homenajea a Alfred Hitchcock con una trama que es una reescritura de La ventana indiscreta, sino porque lo dice directamente con un plano de la película que aparece al comienzo. También hay escenas de films de Otto Preminger y Delmer Daves que se cuelan en aquellos momentos en que Adams duerme y tiene pesadillas, como si el director británico aceptara que el cine clásico tuviera una estatura imposible de alcanzar y solo le quedara padecerlo y simularlo. La mujer en la ventana sueña con ser Hitchcock, pero es apenas una thriller que se despierta sudoroso en medio de la madrugada para descubrir su mediocridad. Como el fútbol argentino, que pretende ser una fábrica constante de ídolos y no puede más que padecer el peso de un pasado de gloria que ya no volverá.

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