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Recapitulación de Falcon y el Soldado del Invierno: The whole world is watching

Por Patricio Beltrami

(@Pato_Beltrami)

Este artículo contiene spoilers.

El cuarto capítulo de Falcon y el Soldado del Invierno marca un punto de inflexión para dos de tres de los villanos de la serie. Más allá de manifestar que sus acciones están guiadas por buenas intenciones, ya no existe posibilidad de redención para John Walker / Capitán América (Wyatt Russell) y Karli Morgenthau (Erin Kellyman). Nuevamente a cargo de Derek Kolstad, The whole world is watching finalmente une los caminos de las dos temáticas principales de la historia: el legado del Capitán América y la búsqueda del suero del súper soldado. No obstante, el inicio se encuentra en línea con el cliffhanger del episodio anterior. A través de un flashback, la acción se traslada a Wakanda, concretamente al momento en el que Ayo (Florence Kasumba) ayuda a que James “Bucky” Barnes (Sebastian Stan) pueda liberarse del control mental al que había sido sometido por HYDRA. Pese a la carga emotiva de la escena (quizás el mejor aporte de Stan en el Universo Marvel), rápidamente la acción vuelve al presente, donde Ayo exige la entrega del Barón Helmut Zemo (Daniel Brühl). Perseguidos por la Dora Milaje, el misterioso Power Broker y por el Capitán América y Battlestar / Lemar Hoskins (Clé Bennett), Sam Wilson / Falcon (Anthony Mackie), Bucky y Zemo ingresan a un edificio que alberga refugiados para intentar hallar a Morgenthau, su organización y los sueros del súper soldado robados en Madripoor. En plan espía, Zemo se luce y toma ventaja con una serie de artimañas, como la manipulación y el chantaje a niños para que le otorguen información sobre The Flag Smashers. Después de toparse con Walker y Hoskins en las calles de Letonia, Wilson interpela a Karli al final del funeral de Mama Donya, donde una vez resuena uno de los leitmotivs de la serie: “El fin no justifica los medios”. Sin embargo, el diálogo entre ambos, que trascurrió con dinámica a pesar de la multiplicidad de temas abordados (terrorismo; supremacismo; uso y abuso de poder de superhéroes y súper soldados; refugiados y abandono estatal), termina abruptamente con la intromisión de Walker en escena. En el fragor del enfrentamiento, Zemo embosca a Karli, le dispara y cumple parte de su objetivo: destruir (casi) todos los sueros. A partir de ese momento se desarrollan una sucesión de hechos trágicos y desafortunados que establecerán el fatídico destino de Morgenthau y Walker. En primer lugar, Ayo y la Dora Milaje ingresan al escondite de Zemo para devolverlo a prisión, aunque terminan enfrentándose al Capitán América y Battlestar, a quienes luego se suman Falcon y Bucky. La escena no solo combina una buena coreografía de acción y pasajes de humor (la indiferencia inicial ante la paliza que sufría Walker o el escape de Zemo), sino que la humillación ante las guerreras de élite wakandianas constituye el motivo que necesitaba el nuevo Capitán América para tomar el último suero del súper soldado. Nuevamente en el refugio, Falcon, Bucky, Walker y Hoskins se enfrentan a sus enemigos. Sin embargo, los peores temores de ambos bandos se hacen realidad, porque Capitán América: El primer vengador nos enseñó que el requisito indispensable para convertirse en un súper soldado es siempre ser una buena persona. De esta manera, Karli asciende a enemiga pública al matar ¿por accidente? a Battlestar y, minutos después, Walker brutalmente asesina a uno de los terroristas en medio de la calle y frente a decenas de personas. El capítulo cierra con una imagen simbólicamente impactante: el Capitán América sosteniendo su ensangrentado escudo, desafiante ante los ojos del mundo. The whole world is watching no solo sentó las bases para el desenlace de la historia, sino que también pavimentó el camino de Morgenthau y Walker hacia el lado oscuro. Más allá de las buenas secuencias de combate, el episodio resolvió uno de los arcos narrativos de la serie y, así, allanó el camino para centrarse en el legado del Capitán América. Sin embargo, quedan varios frentes abiertos (John Walker y el gobierno de Estados Unidos; The Flag Smashers; Zemo), Sam y Bucky finalmente comprendieron, de la peor manera, que el fin nunca justifica los medios.

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