Título original: Idem
Origen: Holanda / Bélgica
Dirección: Lodewijk Crijns
Guión: Lodewijk Crijns
Intérpretes: Jeroen Spitzenberger, Anniek Pheifer, Liz Vergeer, Roosmarijn Van Der Hoek, Peter Blankestein
Fotografía: Bert Pot
Montaje: Bert Jacobs
Música: Steve Willaert
Duración: 2019
Año: 86 minutos
7 puntos
MANUAL DEL BUEN CONDUCTOR
Por Rosana López
Desde Países Bajos llega Bumperkleef, un producto sencillo, lineal y correcto cuya premisa parte de un psicópata de la ética y la moral que busca la redención de sus víctimas, así sea a la fuerza. Todo ello en medio de una persecución en ruta al estilo de la clásica Reto a muerte de Steven Spilberg.
Lodewijk Crijns plantea este thriller desde la cotidianeidad de una familia con dos hijas pequeñas que asiste tal vez al último cumpleaños del abuelo. Un poco atrasados en tiempo y sin respetar las normas de tránsito, el jefe de familia se harta de un lento conductor que entorpece y genera una cola de vehículos. Conductor que se volverá la pesadilla principal para estos pasajeros.
El gancho principal de Bumperkleef es que todo resulta tan cotidiano como las discusiones del día a día en medio del avasallante tráfico en horas pico. Nunca sabemos cómo serán los resultados de esos enfrentamientos de “ciudadanos con derechos”. Es por eso, que el terror y la paranoia en este thriller nace allí desde la incertidumbre de cruzarse con mentes perturbadas y la sensación de vivir una larga caza entre gato y ratón. Un juego contra un “hombre decente” que gusta de hacer falsa justicia a mano propia y otro ¿rompedor de normas? ¿Indecente? Es decir, dos personajes socialmente aborrecibles. Un psicópata viejo -un poco lento en su accionar ceremonioso, lo que puede causar un poco de gracia- con una fumigadora a cuestas. Lo que da como resultado un villano -que recuerda a nuestros padres- un tanto torpe pero efectivo. Personajes antagónicos que desagradan por sí ya sea por arrogancia o por insensibilidad.
Pero claro, el film empieza a flojear en situaciones de resolución que demuestran una alta torpeza de quienes son perseguidos y muchas decisiones inverosímiles de esta familia en un grado de alta paranoia. A ello se suma unos minutos finales que son innecesarios y sobran.
Será el exceso de “moralina” en Bumperkleef durante sus últimos minutos lo que baja el nivel de calidad narrativa a un contenido meramente correcto que ha preferido no tomar grandes riesgos. Entretenimiento desde otras tierras para pasar el rato ante una década que ha ofrecido una pobre oferta en materia de thrillers.