Por Mex Faliero
La foto que no pudo ser, Kim Ki-duk se fue sin conocer los lobos de mar.
Y en este año de pandemia y coronavirus, Kim Ki-duk se sumó a la lista de artistas que han fallecido a causa de esta enfermedad. El director surcoreano fue uno de los nombres clave en la reinstalación del cine asiático en la consideración internacional allá entre fines del siglo pasado y comienzos del siglo presente, con películas como Domicilio desconocido, Primavera, verano, otoño, invierno… y otra vez primavera, Hierro 3 o El arco. Lamentablemente no puedo decir mucho porque la verdad que vi una sola película suya: la violencia de sus films era tan gráfica, que para un corazón sensible como el mío era realmente intolerable. Y ni siquiera tengo para mostrar una foto con él sacada de sopetón en algún festival de cine ya que nunca me lo crucé. Es una pena, cuando alguien famoso muere es fundamental poder contar una anécdota personal. Si no, qué otro sentido tiene ser dueño de una cuenta de Facebook. La culpa de que no pueda contar una anécdota personal con Kim Ki-duk, en parte, la tiene la ciudad en la que vivo. Kim Ki-duk nunca conoció Mar del Plata. Nunca vino. De hecho no tenía registro de la existencia de una ciudad que se llamara Mar del Plata. “¿Qué es eso?” dicen que preguntaba cada vez que, en algún festival internacional, le cuestionaban no conocer Mar del Plata. Es más, si le ponías un mapa delante de la cara era incapaz de señalar con el dedo la ubicación geográfica de la ciudad. Realmente increíble, Mar del Plata, la Biarritz sudamericana. El surcoreano ni siquiera tenía idea de la existencia de los lobos de mar de piedra en la rambla. Una desgracia, porque nunca pudimos preguntarle en alguna conferencia de prensa “¿cómo encontró la ciudad Kim Ki-duk?”. De ahí tal vez que su muerte haya pasado un poco desapercibida para los medios marplatenses. Porque… ¿qué sentido tiene hablar de un artista que murió si no conoció la ciudad? Si nunca caminó por la Peatonal, si nunca paró a comprar alfajores en algún puesto del centro, si nunca vino de chiquito con los padres y se sacó una foto en la Bristol con la palita y haciendo castillitos de arenita. A los 59 años murió Kim Ki-duk y se fue sin conocer Mar del Plata. Una pena, no tenemos nada más para decir.