Por Patricio Beltrami
NdR: Este artículo tiene spoilers sobre Los nuevos mutantes.
¿Cómo sería el futuro de los mutantes sin los X-Men? Evidentemente, este interrogante estuvo en las mentes de los autores, directores y ejecutivos de FOX y Marvel. Sin embargo, la compra del estudio por parte de Disney y la cancelación de todas las producciones ligadas con este universo cinematográfico sepultaron las posibilidades de conocer nuevas historias con otra generación de héroes y villanos. Una de las primeras conclusiones que quedan al término de Los nuevos mutantes es que esta maldita película claramente había sido concebida como el inicio de una trilogía, que incluso podría haberse conectado con el desenlace de Logan.
Una de las principales virtudes de la historia dirigida por Josh Boone es que está centrada en un pequeño grupo de protagonistas y amenazas. De esta manera, no solo se logra introducir a estos nuevos personajes, sino que también se da sustento a la trama y a los conflictos individuales. En ese sentido, se notó una marcada disparidad entre los héroes, ya que Sam Guthrie (Charlie Heaton) y Roberto da Costa (Henry Zaga) quedan relegados en relación al rol central que desempeñan Danielle Moonstar (Blu Hunt), Rahne Sinclair (Maisie Williams) e Illyana Rasputin (Anya Taylor-Joy). Además, la doctora Reyes (Alice Braga), principal antagonista, termina siendo un engranaje más de una organización maligna que (lamentablemente) nunca conoceremos y acaba devorada por el verdadero peligro de la historia.
Sin embargo, estos defectos tienen explicación en el propósito con el que Los nuevos mutantes había sido concebida en 2015. Por entonces, FOX continuaba siendo una compañía independiente y Disney ni siquiera se asomaba como potencial comprador. Cuando el estudio anunció el film, Los 4 Fantásticos aún no había llegado a los cines (aunque ya se conocía que había tenido una producción complicada); Deadpool y X-Men: Apocalipsis estaban en proceso; y se había confirmado que Hugh Jackman encarnaría a Wolverine por última vez en Logan. Sin embargo, el proyecto de FOX naufragó rápidamente con los desastres artísticos de Los 4 Fantásticos y las dos entregas finales de la saga mutante (Apocalipsis y Dark Phoenix). Si bien Deadpool representó un éxito económico y trajo un poco de aire fresco para el estudio, la secuela, inferior en calidad, no hizo más que repetir y agotar fórmulas. Igualmente, en medio de este irregular derrotero se entregó la mejor película de la historia del género: Logan.
Volviendo a Los nuevos mutantes, ya libres del centro de rehabilitación/detención donde estaban atrapados, los jóvenes parten hacia el mundo dispuestos a encontrar su lugar en la sociedad. En ese orden, pareciera que no tuvieran conciencia sobre los riesgos que les depara la hostil realidad a la que deberán enfrentarse. Particularmente, FOX había establecido a la Corporación Essex como la representación del mal que estaba detrás de los ataques contra la nueva generación de mutantes. Se trata de la misma empresa que se había apoderado del ADN de Wolverine en X-Men: Apocalipsis, a partir del que se habría creado la réplica X-24. Por su parte, tras indagar en los recuerdos de la doctora Reyes, Danielle Moonstar descubre los experimentos a los que sometían a los niños mutantes en Logan.
En caso que este universo cinematográfico hubiese prosperado, los niños mutantes que escaparon hacia Canadá en el final de Logan podrían haber formado equipo con Los nuevos mutantes para enfrentar al villano Mr. Siniestro, alter ego del CEO de la Corporación Essex, Nathaniel Essex. Sin embargo, la distopía de Logan se volvió realidad para FOX, que cinco años después del relanzamiento de sus sagas terminó convirtiéndose en una de las tantas divisiones que integran Disney. De hecho, todos los involucrados en los proyectos vinculados a la nueva generación de mutantes ya dieron por sentado que no tendrán espacio en los próximos planes de Marvel. Lamentablemente nunca conoceremos el futuro perdido de estos personajes y cómo habría sido una historia de mutantes sin los X-Men. Sin embargo, después de cinco reprogramaciones en dos años, la venta de FOX, la cancelación de proyectos a futuro y el cierre de cines por la pandemia, realmente fue un milagro que esta película llegara a las salas cinco años después de su anuncio.