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Enola Holmes

Título original: Idem
Origen: Inglaterra
Dirección: Harry Bradbeer
Guión: Jack Thorne, basado en la novela de Nancy Springer
Intérpretes: Millie Bobby Brown, Henry Cavill, Helena Bonham Carter, Sam Claflin, Burn Gorman, Fiona Shaw, Frances de la Tour, Adeel Akhtar, Susan Wokoma, Joakim Skarli, Jay Simpson, Rebecca Hanssen, Louis Partridge
Fotografía: Giles Nuttgens
Montaje: Adam Bosman
Música: Daniel Pemberton
Duración: 123 minutos
Año: 2020


6 puntos


HAY QUE EDUCAR A ENOLA

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Revisitar todo en plan feminista (o femenino, porque en ocasiones no se llega a la mirada política y solo estamos ante un mero intercambio de roles) parece ser el plan del Nuevo Hollywood. Revistar lo que ya estaba revisitado no hace mucho tiempo atrás (pienso en la nueva versión de Mulán) o revisitar aquello que había sido visto desde la perspectiva masculina, como en este caso, que nos corremos de la centralidad de Sherlock Holmes para colocarnos en la perspectiva de Enola, su hermana menor. La película de Harry Bradbeer producida por Netflix está basada en una serie de novelas de Nancy Springer, que tienen a la joven Enola como protagonista. Y podríamos decir que en el mismo plan que Mulán, es decir una aventura de autodeterminación femenina con leitmotivs del tipo “ahora yo decido mi vida”, Enola Holmes logra ligeramente lo que aquella soporífera producción de Disney no había alcanzado: que los temas de agenda queden subordinados a la aventura y el misterio. Tampoco es una gran película, pero ante un cine que nos impone los subrayados del presente, tenemos que analizar sus virtudes sin dejar de lado el contexto. Y en ese sentido la película funciona bastante bien.

Desde un primer momento Enola Holmes nos impone los tiempos del presente, aunque sin caer en la pirotecnia prepotente de las adaptaciones de Guy Ritchie: un montaje enérgico que nos sintetiza en pocos segundos la relación de la protagonista (una carismática Millie Bobby Brown) con su madre Eudoria (Helena Bonham Carter), un vínculo fortalecido por la ausencia de figuras masculinas, más aún luego de que Sherlock (Henry Cavill) y Mycroft (Sam Claflin) hayan partido para convertirse en lo que ya sabemos. Pero a partir de la desaparición de la madre y el regreso de los hermanos al hogar, con Mycroft como tutor de la hermana, se impondrá un tema que la película desarrollará con moderada virtud, que es el aprendizaje y la enseñanza como sistemas que imponen una mirada divergente sobre el mundo. Mycroft la querrá inscribir en uno de esos internados terribles para señoritas, con directora déspota y todo, mientras que desde su pasividad el bueno de Sherlock (y desde la ausencia su madre) le irá dando las herramientas para convertirse en una detective.

Obviamos un detalle no menor: la película está narrada en primera persona, con la voz de Enola relatando cada episodio, pero no solo eso, también con el personaje mirando a cámara y hablando, en una rotura de la cuarta pared que busca ser simpática y compinche con el espectador. Lo logra porque Millie Bobby Brown (podemos entender este film también como un vehículo para su lucimiento) demuestra una espontaneidad y simpatía no explotada hasta el momento, pero digamos que es un recurso que luce algo molesto y también un poco forzado para alcanzar esa empatía. Y si los misterios a investigar no son lo suficientemente fuertes, e incluso uno de ellos se resuelve de manera algo antojadiza, hay que aceptar que Enola Holmes entretiene con lo justo, que la aventura no se embarra por el peso del subrayado y que el personaje logra sus aprendizajes y se construye como persona por medio de la curiosidad y dejándose llevar por su deseo. Hay cierto carácter independiente que la película confirma por la vía del movimiento y sin tanto parlamento. Que los hay los hay, claro, y ese es un poco el límite de una película apenas efectiva.

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