
Por Cristian Ariel Mangini
La ciencia ficción es uno de los géneros más explorados en los últimos diez años y en particular en la oferta de los servicios streaming. Es tentador el escenario de una distopía, en particular cuando hay una alarma que desde fines de Siglo XX no deja de sonar. En este contexto 3% no rompe moldes: la serie de ciencia ficción brasileña explora algunas facetas ya explotadas (la semejanza con Los juegos del hambre es en un comienzo notable) pero las hace suyas con personalidad. Lejos de ser un imitador, 3% es un alumno rebelde. Y a pesar de sus irregularidades y un final que se apresura a cerrar arcos argumentales ofreciendo una salida idílica, tiene una trama atrapante que evoluciona a pesar de perder en su camino algunos personajes de peso. Pero los problemas en el cierre de la serie ya se advertían en la tercera temporada: algunas decisiones resultan precipitadas y las consecuencias devastadoras, en particular con el personaje de Gloria (Cynthia Senek), que se balancea entre dos polos opuestos sin un rumbo demasiado claro de por qué. Esto sucede nuevamente en la cuarta temporada, pero va perdiendo relevancia, al igual que la historia personal de Joana (Vaneza Oliveira). Quizá donde más se luce es en la dinámica colectiva entre los personajes, la última temporada recupera el vértigo de la primera y hay en este combinado de personalidades un encanto que es lo que nos empuja a seguir cada episodio. La serie triunfa en sus arcos más trágicos, incluso cuando se sumerge en el melodrama: Michele (Bianca Comparato) y Marco (Rafael Lozano) cierran sus cuatro temporadas de forma memorable. Pero a la serie en su conjunto el cierre le queda forzado porque muchos de los grises y rencores quedan a un lado en una salida pacífica poco verosímil. Lejos de poner el foco en una viñeta, hay una necesidad de ofrecer una respuesta totalizadora para el universo de la serie, que tiene algunos agujeros narrativos notables. Es por esto que nos queda acompañar los personajes hasta el final a pesar de que las respuestas no nos sean demasiado claras o satisfactorias, ese es el mérito (y falencia) del guion. Ellos nos importan. El universo post apocalíptico de 3% se construye desde los interiores hacia los exteriores: inteligentemente exprime al máximo escenarios cerrados, dándole el aura opresiva que necesita la historia. Por momentos puede verse como una cuestión presupuestaria, en particular en secuencias de acción y para describir el mundo urbano distópico de quienes no accedieron a Mar Alto, pero en general nos mantiene sobre el carril de la historia. De 3% no esperen un concepto demasiado novedoso o secuencias de acción espectaculares, sino un laberinto psicológico con personajes entrañables y momentos de melodrama que no desentonan con el universo sombrío que plantea.
–Las cuatro temporadas de 3% están disponibles en Netflix.