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Funcinema

Bad education

Título original: Idem
Origen: EE.UU.
Dirección: Cory Finley
Guión: Mike Makowsky, basado en el artículo periodístico de Robert Kolker
Intérpretes: Hugh Jackman, Ray Romano, Welker White, Allison Janney, Annaleigh Ashford, Stephanie Kurtzuba, Calvin Coakley, Geraldine Viswanathan, Sung Yun Cho, Justin Swain, Laura Patinkin, Kathrine Narducci, Rafael Casal
Fotografía: Lyle Vincent
Montaje: Louise Ford
Música: Michael Abels
Duración: 108 minutos
Año: 2019


8 puntos


GENTE QUE RÍE

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

El de Frank Tassone es uno de los casos más resonantes de estafas administrativas que reconoce la historia de los Estados Unidos: este directivo de Roslyn, un colegio estatal de Long Island, se terminó robando en sociedad con la superintendente de la entidad una cifra superior a los once millones de dólares. El caso saltó a la fama en 2002, cuando Tassone era una figura reputada de su comunidad y el colegio estaba entre los más requeridos por las universidades norteamericanas, gracias al trabajo del hombre, quien implementó políticas educativas de lo más modernas y progresistas. Bad education, la película estrenada por HBO y dirigida por Cory Finley, cuenta esa historia pero lejos de quedarse con la mera ilustración de hechos reales (digamos, lo que hacen los malos biopics) trasciende esa ilustración para hacer una radiografía del nivel de hipocresía que reside en el corazón de la clase media/alta norteamericana, además de sacar algunas conclusiones sobre cómo es posible que un robo que estaba a la vista de todos no fuera descubierto antes.

Además de narrar todo con una fluidez sin igual, Finley tuvo el gran acierto de ver que lo que tenía entre manos era una comedia, siniestra sí, tensa también, pero comedia al fin, y una notablemente divertida. En Bad education se respira un poco el mismo aire que en la obra maestra de Alexander Payne, La elección. No solo porque los pasillos del colegio, el detrás de escena del mundo estudiantil y las relaciones de poder entre los personajes nos lo traen a la memoria, sino además porque el nivel de cinismo que se respira es igualmente asfixiante. Claro que la película de Finley es un poco más amable porque sus personajes buscan serlo, ríen mucho (la actuación de Hugh Jackman como Tassone es consagratoria), son buenos consejeros y hacen excelentemente su trabajo. Tassone y Pam Gluckin (Allison Janney en otro de sus memorables personajes venenosos) se daban la gran vida, tenían varias propiedades y escondían algunos secretos, que conviene no conocer de antemano para sorprenderse con los giros de una historia increíble. Como desliza en algún momento uno de los personajes, las criaturas que habitan Bad education son sociópatas. Por eso las risas, la amabilidad.

Hay dos cosas en la película de Finley que la distinguen. Una es la manera en que se aproxima al tema de la corrupción, sin subrayados ni posiciones ingenuas: Tassone y Gluckin pudieron hacer todo lo que hicieron porque el sistema se los permitió, y en ese contexto entran tanto las autoridades del colegio como la propia sociedad de Long Island. El guionista de la película, Mike Makowsky, era estudiante de Roslyn al momento en que se descubrió la estafa de Tassone y en una entrevista comentó que una posición como la que había alcanzado el colegio elevaba el valor de las propiedades en la ciudad. Si conduce al éxito y al dinero, la corrupción es algo que podemos barrer bajo la alfombra. Y lo otro destacable de Bad education, que se da la mano con el punto anterior, es lo complejo que resulta el personaje de Tassone: lejos de los dilemas morales simplificados sobre el Bien y el Mal, el protagonista avanza sin nunca percibir que está cometiendo un delito. Para Tassone los beneficios de los que goza son una suerte de recompensa por hacer bien su trabajo. Por eso el plano final, cuando imagina la recepción que recibe con un auditorio de pie, es tan angustiante para el personaje como siniestra para el espectador. No parece haber enseñanzas para personajes como Tassone. El hombre que ríe mientras el mundo se desmorona.

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