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Babylon Berlin – Temporadas 1, 2 y 3

Por Cristian Ariel Mangini

(@cristian_mangi)

Lo de Babylon Berlin es casi una incógnita por lo irregular que termina siendo su trayecto a lo largo de las tres temporadas, con una cuarta en camino. La serie alemana tiene una producción mastodóntica que además se encuentra dirigida en equipo por tres figuras del cine alemán contemporáneo: Henk Handloegten, Achim von Borries y, el que más resonancia ha tenido por fuera de Alemania, Tom Tykwer (Corre Lola, corre, Agente internacional), dando un resultado visual heterogéneo pero nunca fragmentario. Estas tres identidades cinematográficas se complementan dándole una personalidad hibrida a la serie. Este rescate histórico de una Alemania (en esa época la desaparecida República de Weimar) prácticamente desconocida que se sumergía en el champagne, el gin y la cocaína al ritmo de las flappers y la vertiginosa escena del jazz de los ‘20; al tiempo que gran parte de su población vivía en la miseria producto de la recesión post Primera Guerra Mundial ocasionada por las duras condiciones del Tratado de Versalles. Basado en las novelas de Volker Kutscher que siguen al inspector de policía Gereon Rath (Volker Bruch), la serie tiene un atractivo caldo de cultivo para narrar el ascenso del nazismo, la lucha de clases, el enfrentamiento entre estalinistas y trotskistas en las calles de Berlín y la presencia de las mafias que pisaban fuerte con el tráfico de drogas y la prostitución. El policial negro es el subgénero que va como un guante a esta trama de corrupción policial que muestra a Gereon en la brigada antivicios investigando una red de pornografía que tiene fuertes ramificaciones políticas. Este puntapié inicial nos encadena al pasado del protagonista como sobreviviente de la guerra, los numerosos traumas y su vínculo con una joven que desea ingresar a la policía mientras lleva una doble vida en los clubes nocturnos, la magnética Charlotte Ritter (Liv Lisa Fries). Cómo se van abriendo incógnitas y subtramas a lo largo de la primera temporada es algo efectivo, porque su mundo es de una riqueza atrapante que además cuenta con la colaboración musical de Bryan Ferry (el carismático líder ex Roxy Music). Cómo ese escenario de policial negro va cayendo en declive luego del final de la primera temporada es algo que no termina afectando cómo nos apegamos al devenir de los personajes: su trama se va tornando más lineal y su narración trágica da ocasionalmente a Gereon un papel de héroe de acción casi innecesario. Si bien no se pierde el interés, sí resulta frustrante cómo se pierde la esencia de misterio y corrupción que tienen los primeros episodios de la primera temporada, mientras el ascenso del nazismo es tratado con sutileza pero se pierde el peso de las subtramas de los inicios. Es incuestionable su calidad en la puesta en escena, ambientación y tiene algunas coreografías inolvidables como la que cierra el segundo episodio en el Moka Efti, pero narrativamente su desarrollo va tornándose chato porque algunas acciones se salen del personaje y ciertas subtramas caen al vacío o son resueltas de forma apresurada. El visionado de las tres temporadas puede ser un poco decepcionante con el pasar de los episodios, pero hay que admitir que se trata del paquete de una historia que nunca pierde el afecto por sus personajes.

-La cuarta temporada está anunciada para octubre de este año. La emite la cadena Sky 1.

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