Por Mex Faliero
El sofisticado andamiaje narrativo de Better call Saul dio muestras nuevamente de su virtuosismo con The guy for this, otro gran capítulo de esta quinta temporada que en apenas tres episodios está exhibiendo un nivel altísimo. La sofisticación se dio con un gran uso de la circularidad al cuadrado, de imágenes y planos que encontraron sus reversos en el comienzo y en el final. Primero un helado, el que dejó caer Jimmy la semana pasada cuando fue instado por Nacho a subir a su auto, atacado por unas hormigas voraces. Hormigas que se van acumulando sobre la crema, que se van pisoteando ante la avaricia que genera ese botín. Una figura algo explícita sobre lo que la serie tiene para contarnos. Ese helado (y esas hormigas) servirá como elemento que medirá el tiempo que dure la tensa travesía que lleva a Jimmy con Lalo (cómo éste le hace entender al abogado que básicamente el dinero no es lo que importa es maravilloso) y al primer encuentro con los queridos Hank y Gómez, viejos conocidos de Breaking bad. La serie es tan grande que los cameos son un elemento más y no el fin mismo. De los planos detalles a un plano general, que evidenciará también que esa masacre de hormigas sólo se dimensiona según desde donde se la mire. Esa circularidad, que parece concluir el capítulo, precede a otra circularidad: el final con Kim volviendo a la casa (su día fue realmente funesto) y encontrándose con Jimmy en el balcón es un espejo de lo sucedido minutos antes, cuando es Jimmy el que llega. El plano final es extenso y es todo de Bob Odenkirk y Rhea Seehorn, soberbios como siempre: hay tensión en los cuerpos y en las miradas, en cómo se convidan y pitan un cigarrillo, pero especialmente en los silencios, que se quiebran con el ruido de esas botellas arrojadas y estrelladas como síntoma de que algo está mal y amenaza con romperse. The guy for this fue notable y tal vez lo único reprochable sea el estancamiento en el que se encuentra Mike, aunque fue una subtrama menor. A cambio tuvimos momentos notables con Lalo y Nacho, que trabaja a dos puntas y sufre los regaños de su honorable padre, y que nos regaló la gran frase de este episodio, cuando le dice a Jimmy/Saul: “una vez que estás adentro, estás adentro”. El camino de cada personaje parece ser angustiante y Better call Saul va, finalmente y sin dilaciones, hacia esa tragedia.