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Recapitulación de Better call Saul: Magic man + 50% off

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Fue larga la espera (y en el medio hubo que militar la un poco decepcionante El camino) pero valió la pena. Volvió Jimmy McGill, volvió Saul Goodman, volvieron esos planos con la cámara en los lugares menos convenientes, volvieron las grandes selecciones musicales, volvieron las secuencias de montaje, volvió la melancolía de ese descenso a lo peor del ser humano que es esta esta gran serie creada por Vince Gilligan y Peter Gould. Y lo hizo con dos capítulos que funcionan con toda lógica como unidad: Magic man y 50% off, vistos de corrido, presentan una suerte de puente exacto entre las dos personalidades del personaje interpretado por Bob Odenkirk, pero también de la propia serie entre lo que fue y hacia donde va. Magic man (que arranca con otro tenso flashforward en un bello blanco y negro al presente de Jimmy) nos anuncia, tal cual presagiaba el último plano de la temporada anterior, que Saul está entre nosotros. Trabaja esa cuerda dramática típica de la serie, con un existencialismo bastante trágico en el que vemos a nuestro protagonista desmoronarse y a su pareja Kim (Rhea Seehorn) observar todo entre atónita y fascinada. Las secuelas de Saul en Kim son imprevisibles, esa mujer realmente lo ama y habrá que ver cuáles serán las consecuencias de esa fascinación (el destino de Kim es uno de los grandes misterios de la serie). Magic man sirve, también, para ponernos al corriente del presente de cada personaje, y está cada vez más claro que Better call Saul son tres líneas narrativas que comienzan a cerrarse en una sola: la de Jimmy, la de Mike y la de Nacho. 50% off muestra las consecuencias de la conversión de Jimmy en Saul (y lo hace con un prólogo entre divertido y terrible), es decir de lo decidido en el primer episodio, pero en su último plano termina por confirmar que la serie terminará ingresando en el universo de Breaking bad: Nacho intercepta a Saul en la calle y lo insta a subir a su coche. Seguramente será el primero de los trabajitos que el abogado tendrá que hacer para la gente de Los Pollos Hermanos. 50% off fue tenso (especialmente toda una subtrama entre Nacho y Lalo Salamanca) y divertido a la vez, con esa diversión algo siniestra que saben trabajar Gilligan y Gould cuando muestran ese submundo adictivo de Alburquerque. De Better call Saul a Breaking bad, ese fue el viaje de estos dos capítulos. Quedan ya menos de veinte episodios (la serie terminará al final de la sexta temporada) y todo promete ser explosivo. O implosivo, si tenemos en cuenta el carácter existencial del principal dilema de la serie.

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