Por Patricio Beltrami
Parecía imposible que algo pudiera sobrevivir a Escuadrón suicida. Sin embargo, el criterio de los directivos de Warner los llevó a tomar extrañas decisiones en los últimos años. Por un lado, prescindieron del Batman de Ben Affleck y freezaron por tiempo indeterminado al Superman de Henry Cavill tras el fracaso de La Liga de la Justicia. Al mismo tiempo, contra todo pronóstico anunciaron que el grupo de villanos de DC tendrá su secuela, aunque con nuevo director (James Gunn) y con pocos sobrevivientes del anterior elenco. Entre ellos, se destaca la presencia de Harley Quinn (Margot Robbie), uno de los pocos personajes que tuvo un paso digno por el fallido film de David Ayer.
Esta cuestión, y la alta popularidad que tuvo entre los espectadores, provocaron que incluso obtuviera película propia. En menos de dos semanas se estrenará Aves de presa (y la fantabulosa emancipación de Harley Quinn). En esa oportunidad, la protagonista encarará su propio camino, completamente separada de la figura del Guasón. Sin embargo, se unirá con un grupo de antiheroínas de DC para enfrentarse a Roman Sionis / Black Mask (Ewan McGregor), uno de los tantos enemigos de Batman.
De esta manera, Warner no sólo exprimirá los términos del contrato que posee Margot Robbie, una de las principales figuras del cine en la actualidad. A su vez, buscará explotar a nuevas facetas de Harley Quinn, uno de los dos personajes del Universo DC que más rédito le ha otorgado a la compañía (la otra, claro está, es la Mujer Maravilla de Gal Gadot). Una de las fortalezas de esta propuesta es que se ha tomado el riesgo de que la villana pueda quedar libre de la influencia del Guasón. A pesar de haber sobresalido en Escuadrón suicida, sus deseos y acciones estuvieron subordinados a la figura del payaso que encarnaba Jared Leto. De esta manera, podremos conocer a una peligrosa mujer que tome sus propias decisiones y, seguramente, se llevará al mundo por delante de la forma más violenta (que permita Hollywood).
En materia corrección de política, la empresa también dará otro paso adelante en pos de exhibir igualdad de género en la pantalla grande. Si bien Harley Quinn / Margot Robbie está a la cabeza del proyecto, en esta ocasión estará muy bien acompañada por otras cuatro antiheroínas: Canario Negro (Jurnee Smollett-Bell), Cazadora (Mary Elizabeth Winstead), Renée Montoya (Rosie Perez) y Cassandra Cain (Ella Jay Basco). A pesar de que se trata de personajes de segundo o tercer orden para DC, y teniendo en cuenta que los tráileres no profundizan en las escenas de acción que ejecutarán en conjunto, esta combinación a priori despierta buenas expectativas.
Asimismo, la marca de Warner una vez le vuelve a ganar de mano a Marvel en materia de género. DC ya había lanzado la primera película protagonizada por una mujer (Mujer Maravilla, 2017), y ahora hace lo propio con una producción encabezada por un grupo de chicas superpoderosas. Igualmente, la compañía de Disney ya ha cumplido con esta consigna (Capitana Marvel) e, incluso, tiene en agenda varios proyectos para cine y streaming que estarán liderados por heroínas (Viuda negra, Capitana Marvel 2, She Hulk, Ms. Marvel). Además, el paso de los personajes femeninos ha crecido con el paso de los años. En ese orden, dos grandes escenas de empoderamiento y sororidad se destacaron en las últimas dos películas de la saga Avengers.
Al ritmo de los cambios generacionales, la lucha por la igualdad de género ha impactado fuertemente en el mundo de los negocios y, en consecuencia, en las decisiones creativas del cine de superhéroes. La demandaque durante muchos años había efectuado buena parte de la audiencia, así como también numerosas exponentes de la industria, fueron escuchadas. Y aunque (muchos) empresarios sólo impulsan estos films motivados por los miles de millones que pueden recaudar, el público ya demostró que apoya, acepta y consume masivamente los films liderados por mujeres, ya sea de heroínas consagradas o personajes desconocidos. Resta saber si la nueva incursión de Harley Quinn estará respaldada por una buena historia. Otro fracaso creativo, incluso bajo el paraguas del cupo femenino, sería suicida.