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MAR DEL PLATA 2019: Competencia Internacional – Día 1


O que arde de Olivier Laxe / 7 puntos


La primera secuencia de la nueva película de Laxe es imponente: una bruma, una serie de árboles que de repente empiezan a caer, uno tras otro como en un juego de dominó. Topadoras que avanzan, la cámara mira ese episodio con extrañeza, lo humano se vuelve maquinal, casi horroroso o de ciencia ficción. Sin embargo algo detiene la acción, un árbol quemado, signo de exclamación que sirve como sostén del nervio posterior del relato. La siguiente escena es igual de formidable, aunque menos plástica: un expediente que pasa de mano en mano y una serie de voces en off que nos ponen al tanto del personaje principal y sus motivaciones. Amador ha salido de la cárcel luego de cumplir una condena por provocar incendios. A partir de ahí, O que arde se vuelve una película más convencional, o al menos convencional para los estándares formales que Laxe trabajó en esas dos escenas. Amador que vuelve al pueblo y se reencuentra con su madre, una de esas mujeres que viven de lo que la tierra les da. Ese es el conflicto principal del film, de cómo se relacionan los humanos con la naturaleza y con todo lo que lo rodea: Amador lo hace por medio de su vínculo con su perra, con el ganado, pero fundamentalmente con una naturaleza a la que sospecha ultrajada por el hombre. No hay nada mal en esa parte del relato, pero bien es cierto que pierde el valor visual del comienzo, que se retoma sobre el final cuando un nuevo incendio pone a trabajar al pueblo entero en la tarea de detener el fuego. O que arde es un film pequeño, pero que deja ver esporádicamente los signos de un director con un ojo enorme y fascinante. Mex Faliero


Scattered night de Lee Jihyoung y Sol Kim / 6 puntos


Este film surcoreano cuenta la separación de un matrimonio a través de los ojos y el cuerpo de sus hijos. En el comienzo, el diálogo donde la pareja intenta contar lo que está pasando a los chicos tiene la naturalidad y la síntesis formal que el cine asiático ha sabido patentar en el mundo. Ese corrimiento hacia el estado de ánimo y las emociones de los chicos (un adolescente y su hermana más pequeña) permite que la película ofrezca una mirada diferente sobre un tema recurrente. Y Scattered night transita ese territorio áspero de las rupturas sentimentales alejándose de los grandes éxitos habituales de este tipo de películas: no hay gritos, no hay discusiones histéricas, no hay demasiados llantos, no hay melodrama desbordado. Las directoras concentran el drama en la encrucijada que representan los hermanos, en sus dudas sobre su futuro y en cómo su deseo se ve sometido siempre al deseo de sus padres. Esa distancia de las emociones prosaicas tiene la virtud de nunca ceder hacia el efectismo, pero también genera la presión de que la película tenga que impactar formalmente. Y en ese sentido Scattered night es una película prolija, profesional, estupendamente actuada, aunque no ofrezca demasiadas novedades a un esquema un poco repetido, sobre todo en los festivales de cine. Mex Faliero

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